CANCIÓN (irónica) DE NAVIDAD


PARTE I





Desde siempre he sido muy receptiva con la Navidad. La verdad es que no se porqué, si siempre mis expectativas acaban por los suelos. Este año es diferente, no tengo expectativas. Supongo que es mejor. Cada vez que no pongo entusiasmo en algo resulta perfecto. Y cada vez que lo pongo la cosa termina torciéndose.
Este año puede decirse que “paso de la Navidad”. Que triste.

Para empezar, bueno para empezar no, porque para empezar hay que hacerlo “por el principio de los tiempos” ósea se, por la cena de Nochebuena y yo voy a hablar de Nochevieja, saltándome la Nochebuena y el día de Navidad… me da pereza este año la Nochevieja.

En casa, seremos como en los últimos tiempos, cuatro. A saber: madre, padre y mi tía. Mi Nochevieja desde que recuerdo se parece mucho a mis cumpleaños; pastillas para el reuma a punta pala y turrón para diabéticos a raudales (exageración realista). Vamos un fiestón de agárrate. Entre los cuatro nos bebemos una “Benjamina”, no os digo más.
Empezaremos a cenar en un alarde porque es fiesta, a las nueve (normalmente en este mi hogar, padre cena a las siete y madre e hija cuando pillan) y todos juntos (los cuatro, digo). A y cuarto mi padre ya estará haciendo el café mientras mi tía se termina el consomé (la sincronización no es lo nuestro, en un coro no tendríamos parangón). Acto seguido rodearemos a la tele. A la que nos descuidemos mi padre pondrá “Cuba visión” y no por nada, porque él es bastante anti-Fidel, sino porque le hipnotizan los trajes de los presentadores con esas hombreras y esas corbatas tan cegadoras. Lo que más le gusta es la capacidad que tienen para hablar durante quince minutos y no decir nada. Es más nos hace comprobarlo. Quince minutos de reloj escuchando atentamente y luego dice: “¡Veis, nada, no han dicho nada, ¿No os parece genial?!”. Y se ríe. A mi no me hace ninguna gracia. Me aburre. Pero le sigo el juego porque ¡es tan feliz con tan poco!

En el momento de las uvas, la misma representación de siempre. Yo avisaré: “Papá este año no hagas la gracia que luego empiezo el año vomitando”. Mi padre asentirá con la cabeza: “No te preocupes” y en el momento de las campanitas empezará: “Enero, Febrero, Marzo…”. Así hasta Diciembre. A mi entre los nervios y que ya voy condicionada, me entrará la risa esta nerviosa y por Abril empezaré a toser, en Septiembre a llorar y al acabar Diciembre me iré corriendo al baño a escupir.

Al regresar para brindar, estaré roja, con lágrimas en los ojos y a todo esto, a pesar de ser los cuatro de siempre, no me habrán dejado cenar con el pijama y zapatillas, que es como yo estoy en casa y me habré puesto perdida, porque al atragantarme siempre se me caen chorretones de zumo que se mezclan con las lágrimas y otras secreciones bucales. Tardaré cinco minutos en volver a un estado óptimo y ya habrán pasado diez minutos de año. Momento en el cual mi tía se va a dormir, mi padre se engancha al tren que se va directo a la cama y mi madre se quedará enfurruñada mirando a quien sea en la tele.
Lo que digo un fiestón.
Pero salir no es mucho mejor.

Nochevieja es directamente proporcional a frío de espanto e inversamente proporcional al grosor de la tela del vestido. Traducción: semitapada con una gasa a tres bajo cero. Encima a mi me pasa una cosa muy extraña, con tacones paso más frío…
Tardaré la vida en arreglarme la vida (más que de costumbre y no se para qué), MG me pasará a buscar tarde como siempre, a cierta altura habremos quedado con JmE y JA. JA no estará porque llegará tarde… como siempre. Estará el pobre JmE helado de frío (pero guapísimo como el año de su famosa levita. Querido nadie te hacía sombra) y a mi empezarán a dolerme los pinrreles.
Llegados a este punto, puede que vayamos de cotillón o de bares.
Ambas opciones me espantan.
Los cotillones están carísimos (y yo he pasado de ser manirrota a presidenta y miembro de honor de la “Compañía del puño cerraó”; pero es que estamos en crisis) me tendría que beber el agua de los floreros de plástico para amortizarlos. La última vez que fuimos de cotillón (por el que pagamos 60 leuros en provincias) nos dedicamos a arrasar con las bandejas de queso, patatas y pastelitos… aún así nuestro gasto no supero los treinta leuros. A parte, que si te aburres, te tienes que quedar porque como has pagado lo que no está en los libros pues hay que hacer callo al menos hasta que cierren. Lo único positivo es el guardarropa… si no te roban el abrigo alguna lista al salir. Bueno y los matasuegras y que te ponen música que se puede bailar y no de esa de “vamos de guays y modernos” que mola para escuchar en tu casa, en un concierto y por la calle, pero los “White Stripes” en una discoteca no molan. No te permiten darlo todo. Para eso mejor la caspa de Bisbi y demás éxitos OT o petardas como Rihanna (o el “Womanizer” de Brit, ejem, ejem). Aunque claro como a mi, llegados a este punto los pies los tendré bañándose en sangre, me dará igual.


Ir de bares no es mucho mejor. Te ahorras dinero (bien) pero entre bar y bar como eres tonta y vas con una gasa semitrasparente y tacones de doce centímetros, pues te mueres de frío y te acuerdas del gilipollas que inventó la Nochevieja y el “dress code” que fijo era hombre misógino. Encima todo estará petaó y te tocará cargar con el abrigo toda la puñetera noche para que a las siete y media camino de tu casa te des cuenta que te han robado la cámara de fotos y acabes llorando en el portal de tu casa. Lo dicho un fiestón.
Así que me estoy planteando quedarme en casa, y ver a Pau “cantar en directo” en tres cadenas a la vez. Y levantarme el día uno, sin ojeras (esto es mucho pedirle a los dioses, casi tanto como que me levante peinada y sin ganas de café) y con buena cara y poder comer. Y no como en los últimos años, que, yo no bebo, pero el día uno yo no se si por el frío de la gasa esa transparente y los tacones o que se me contagia la resaca de los demás, me levanto que sólo quiero yogurt natural y mi manta. Y ver el concierto de año nuevo que es lo que más me gusta de la Navidad (por cierto el teatro desde dónde lo emiten que no es la Ópera, sino otro sitio, cuando lo visite en Viena en vivo y en directo me defraudo porque es minusculo).


En caso de que salga, que lo acabaré haciendo porque este año la señorita EM nos acompaña en nuestra desdicha, lo haré con un pijama de franela, tacones y mi boa rosa que para eso es ¡Fin de Año! (ironía).




8 comentarios:

Holly Golightly dijo...

W, yo tampoco salgo este año. Bueno, de hecho el año apsado tampoco porque me rompí la pierna, y total, yo no quiero dejar a mis abuelitos solos con mi madre porque los tres me dan pena así que voy para allá este año.

Pero te repito que no me queda tan lejos Salamanca, tanto tanto no, así que me entra una convulsión necesitada de fiesta te veo de fiesta ocn la boa y el pijama.

;) Un besiño

Di dijo...

Este año tengo a una amiga comparando precios de fiestas a ver cual nos sale mejor, aunque yo le digo que lo que deberiamos buscar no es precio sino calidad/precio en donde calidad significa guapos, pero... no me hacen caso así que estaremos en una fiesta barata pero rodeadas de gente horrorosa.

Ya lo verás

Julia dijo...

Que conste q JA los dias de nochevieja no llega tan tarde...es el unico dia que cumple su prospósito!!!jajajajajajajajaja
Me gustan los White Stripes....peo ya sabes que pienso exastamnete igual que tu antes de leer nada!
COMO SIEMPRE QUERIDA....TU ESCRITURA PERFECTA!

Nebulina dijo...

No me gusta la Navidad. Y me gusta menos salir en Nochevieja. Soy la bicha rara que no sale. Y oye, ni tan mal.
Un besazo!!!

Wed* dijo...

Holly: Vivo en Salamanca pero no soy charrita, soy de un poco más al norte, y creo, por tus "besiños" que te pillo aún más cerca:). si ves un pijama por ahi soy yo fijo. Un beso
Ahora me paso por tu blog.

Di. TU COMENTARIO VA A SER SLOGAN PARA UNA CAMISETA!!! "Calidad/Precio donde calidad sean chicos guapos". jaja.
En serio. Brutal. Pido crónica de tu Nochevieja. un beso.

Julia. (que es JA) jajajajaja. Jo! que guay!!!!!!

Nebulina. Haces bien, en serio no lo sabes bien. Yo salgo... en realidad no se porqué. Un beso

Holly Golightly dijo...

No, no soy gallega. Es que ahora me doy cuenta por lo del besiño.

Tampoco soy del norte.

Wed* dijo...

mmmm pues como no seas de Avila, de Caceres o de Zamora... jaja

Holly Golightly dijo...

No. Por dios.

 

Me leen...

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