Estuve comprando el Harper’s Bazaar España
durante año y medio. Para los adictos al papel como yo, un único número no es
suficiente para juzgar una revista por mucho que creamos que estamos tirando
tres euros y medio. Me la compraba porque en el primer número salió en portada
Carmen Kass y eso es una declaración de principios. Los siguientes números me
los compré porque una cabecera que tiene la mejor portada de la historia de las
revistas de moda (Linda Evangelista en blanco y negro por Demarchelier a
principio de los noventa) merece un respeto. A partir de quinto numero y hasta
el número quince lo hice por las cartas de la directora Melania Pan. Las cartas
de la directora no las lee nadie, sólo los fans de Anna Wintour por si entre líneas
apuñala a alguien y las de Melania que se convirtieron durante algún tiempo en
un fenómeno para unos pocos, hasta que ella se dio cuenta y pasó del platino al
moreno. Reconozco que todos los meses veo la portada del Harper’s en el kiosco
y quiero comprarla pero luego sé lo que me voy a encontrar dentro y no va
conmigo. Dicho esto también digo que Harper’s Bazaar España hace mejores
portadas que Vogue de lejos. De muy lejos.
Me encantan las revistas. Ya lo confesé al
inicio de este blog en una entrada sobre las adicciones. Con la diversificación
de los contenidos en la red y el aumento de estos en calidad en los últimos
años, lejos de olvidarme del papel, cada vez demando más revistas tradicionales
de calidad. Esto a pesar de ser yo una persona bastante activa en la red y de
gustarme lo inmediato (ya he dicho más de una vez que el mayor hándicap de
comprar online es el ansia que me produce la espera del producto). Para mí hay
pocos momentos en el mes comparables al día que sale a la venta Vanity Fair y
Vogue y ese primer vistazo rápido a los contenidos, por mucho que toqueteé mi
iPad, no es lo mismo que tocar el papel satinado. Siempre hay honrosas
excepciones como la Antonia Magazine, de cuantas revistas hay en la red, para mí
la mejor por contar con teclados como el de Lucio Chiné o el de Leticia García.
Creo que La Jefa lo está haciendo cada vez mejor.
Me encanta el papel y lo demando aunque sólo
compro el Vogue (considero en los últimos años ha bajado la calidad) , Vanity
Fair e Industrie Magazine, pero el saber que va a salir una revista nueva a la
venta me produce el mismo nerviosismo que el primer día de colegio (es cursi
pero no sé explicarlo de otra forma) siempre guardo la esperanza de que me
cautive como lo hizo mi primer Vogue en Septiembre de 2002. Desde entonces
muchas revistas se han empezado a publicar y yo a comprar: InStyle, Glamour,
Cuore, la ya citada Harper’s Bazaar, YoDonna, Smoda, Esquire, Grazia y Vanity
Fair y sólo me ha hecho lectora fiel Vanity Fair, pero la verdad es que antes
de comprar ese número ya sabía que ella era para mí y con las otras eso
presentimiento no estaba, hasta esta semana que va a salir a la venta Forbes
España.
Me parece arriesgado pero también muy
inteligente el lanzamiento de esta revista en España en los tiempos que corren
pero creo que tendrá su público y eso que estoy escribiendo esto conociendo la
Forbes original de oídas por sus famosas listas de los “100” (el ser bloguer me
da el derecho a ser intrépida - léase con ironía -) Desconozco quien estará en
portada pero algo me dice que es Amancio Ortega. No en vano hoy la cabecera
madre ha publicado que es el tercer hombre más rico del mundo. Suerte.
4 comentarios:
Publicándola quien la publica Forbes puede dar grandes momentos tróspidos como Harper's.
Estaremos atentos.
A mí, que también soy adicta al papel, nada que ver con las ediciones on line, me decepcionó rápidamente Harper's Bazaar.
No sabía lo de Forbes. Gracias por la información.
Un abrazo, Wed*.
Lo de Harper's es verdad, el contenido no es muy allá. Yo soy una adicta al papel, pero ya solo compro Vogue y AD. Veremos lo de Forbes, pinta interesante.
Besiños
Hace tiempo que las revistas de papel no pasan por mis manos a no ser que tenga un viaje o dentista. Así es.
Me da pena, pero solo compro de vez en cuando la Vanity y viendo la portada. Si la portada me seduce la compro, si no, bye.
El asunto Harper's es harina de otro costal. La compré en dos ocasiones, después ya no fue Harper's sino una revista española de moda más.
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