El Dior de mi Baby Feber



Cuando tenía cinco años me regalaron un Baby Feber. A finales de los ochenta, pricipio de los noventa, la marca de juguetes más guay era Feber, con sus Chabel y sus Baby Feber.


El Baby Feber es un poco muñeco Chucky todo hay que decirlo pero en su día lo petó, era record de ventas y todos sus complementos se agotaban Navidad tras Navidad. Esto lo sé porque mi madre me lo recuerda con frecuencia, ya que el muñeco de marras lo conservo en lugar prioritario un mi habitación y todos sus “cachivaches” están recogidos, seleccionados y guardados bajo telas en un desván. No para mis futuras hijas, que seguro que lo machacan y no entenderán el vintage que representan sino para mi gozo y disfrute personal de saber que lo tengo.

Esto viene a cuento porque antes de que Agatha Ruiz de la Prada se diversificara más que Cardín y la tuviéramos hasta en la sopa, hubo un tiempo, cuando presentaba en Paris, en 1990 que creó una serie de trajes para Baby Feber. Creó que fue su primera licencia.

Si hoy tengo un blog de moda, el germen de mi mal creo que viene de aquellas, porque fue mi madre la que me compró uno de aquellos vestidos. Era una especie de disfraz de gato con un peto del que salína grandes bigotes de plástico. A mí con cinco años, aquello me parecía horrible, porque ¡¿Cómo iba yo a vestir a mi bebe de gato?! Sin lugar a dudas fue el traje que menos le puse al muñeco.
Desde el lunes he visto varias veces la colección de Costura de Dior y cuanto más la miro, más creo que Bill Gayten no se inspiró en la arquitectura moderna para crear eso que dice él que es un desfile de Costura, sino que encontró en eBay unos lotes de antiguos vestidos Baby Feber por Agatha y le da vergüenza reconocerlo.

Dice Cathy en el New York Times, que el señor Gayten es adorable pero no un diseñador. Yo creo que Gayten es un buen amigo de Galiano porque no me creo que tras 23 años junto a él no se le haya pegado nada. Dicen que es un patronista excelente y que los disfraces de “La Peseta” que ha presentado llevaban, a pesar de todo, un excelente patronaje. Digo que es un buen amigo porque creo que soberana porquería la ha presentado adrede para demostrar que Dior sin Galliano, no es nada. Y que si, que las costureras, diseñadores y demás equipo creativo de Dior saben coser muy bien (repito, dicen hasta los que peor han puesto la colección que en el fondo está perfectamente cosida) pero que hace falta un alma, un artista que le de coherencia al asunto.



Es una caso curioso el de Dior, porque a pesar de que nadie lanzó una clara lanza a favor de John Galliano en Febrero, nadie ha querido su puesto, ni Ricardo, Haider Ackermann, ni Alber Elbaz, ni AlaÏa, todo el mundo le ha dicho “no” al estandarte francés con permiso de Mademoiselle e incluso las revistas y sus editoras que comen y beben de la publicidad de LVMH han criticado sin miedo estos trajes de delaPrada Y en parte es porque no quieren verse bajo la tiranía de las ventas, ni la presión y porque es una época muy malamente para resucitar nada y en parte, quiero creer que es por respeto a John Galliano y porque en el fondo entienden que cayera en ese bucle de autodestrucción.



Una cura de humildad en toda regla y un punto que inflexión que debería hacer reflexionar a la Fast Couture.


P.D No sólo fue maravillosa la colección de Chanel para el invierno sino que he fotografiado la mejor campaña de la firma en años. Estilizada por Carine, claro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Terrible. El momento Pierrot daba ganas de pedir a gritos no un vaso, la botella de absenta entera.

Di dijo...

Lo que yo digo. Esto ha sido un caballo de Troya en toda regla

Wed* dijo...

Misa Gwilt; al ver ese pase yo pensé "Vale, ahora es cuando dicen q todo es broma, una jocosidad" pero no, siento decirlo pero Dior murió.


Di, el caballo de Troya era de madera, estos sueños son de papel cebolla.

 

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