EN DEFENSA DE ANNA WINTOUR. (Parte I)

"Vogue" Madonna
"Greta Garbo, and Monroe
Deitrich and DiMaggio
Marlon Brando, Jimmy Dean
On the cover of a magazine
Grace Kelly; Harlow Jean
Picture of a beauty queen
Gene Kelly, Fred Astaire
Ginger Rodgers, dance on air..."

Vale, si, es el autentico diablo. Una déspota de esas de “No me mires a los ojos” (básicamente porque oculta la mirada bajo unas Chanel). Controladora, manipuladora y todo la mala que queráis, pero yo hoy me he levantado con ganas de defender a Anna Wintour, fíjate tu por donde.
Es cruel. Es ambiciosa.
- Grace Mirabella: “Y, ¿Qué puesto te gustaría desempeñar en Vogue?
- Anna Wintour: “El tuyo”
Poquitos años más tarde Anna se convertía en editora “in chief”. Con dos narices. Y sin despeinársele el “bob”. Eso en un hombre es el pan nuestro de cada día y a nadie le sorprendería, pero en una mujer, es sinónimo de que es una bruja, ¡el auténtico anti Cristo con tacones!

Pues mira parece, se dice, se rumorea, se chismorrea (o se reza, vaya usted a saber) que a Anna, la echan. Pum. Finiquito y a la calle.
Resulta que Vogue (cuando se habla de Vogue es Vogue USA, el Vogue madre de todos los Vogue) ha visto disminuidos sus ingresos en publicidad. Si a eso le sumas que no es la revista más vendida en los Estados Unidos de América (es la tercera tras Elle y Harper's), pues echamos al entrenador y todos contentos. The Fashion Spot estalla de alegría y todos aplaudimos con las orejas. Ponemos a Carine, que es puro fuego y magnetismo al frente del barco y todo se vuelve negro, gótico, moderno y super cool. Modelos otra vez en portada, editoriales bizarros llenos de oscurantismo, enseñamos las tetas de la Stone y Vogue vuelve a molar. 

Pues no es tan fácil. Porque esta receta aunque facilísima para un europeo de Paris, Madrid, Londres o Tallin (Estonia), no es eficaz ni por asomo para América.
Vogue no es ni la que más vende, ni la que más mola. Vogue es Vogue. Lo ha sido, lo es y lo será, amén Jesús hasta el infinito y más allá. Para Vogue SOLO trabaja lo mejor, solo lo mejor de lo mejor. Nada de cutrerios, ni medias tintas, ni tres al cuarto.
Sus páginas han estado escritas por los más reconocidos Pulitzer, y en ellas se han visto retratadas desde políticos a testas coronadas. Ilustraciones de Dalí y Warhol sin contar un sin fin de fotógrafos (que han sido los pintores de siglo XX): Avedon, Penn, Newton, Lindbergh y un sin fin.
Referencia por que si. Que es la razón más poderosa.
Y cambiar Vogue es difícil. Cambiarla sin que pierda su esencia. Que repito es cutrerio el justo.





















Vogue me la compro yo (española), la cosmopolita más guay de Nueva York, la japonesita nueva rica que se cuelga el último “it” sin importarle si le gusta o no, pasando por supuesto por el ama de casa de Arkansas que en la puñetera vida a escuchado donde está Tallin (Estonia).
Sobre todo se la compra el ama de casa de Arkansas que en la puñetera vida a escuchado donde está Tallin (Estonia). Porque Vogue USA se vende fundamentalmente en USA. Aunque me la lea yo, un parisino, un londinense o un habitante de Tallin (Estonia). Y lo que quiere esa mujer es glamour rancio del de antaño. Quiere con lo que sueña y no puede tener, una casa en los Hamptons, una casa decorada por Martha Stewart y a chicas rubias vestidas de flores sonrientes. Quiere que salgan las actrices de las películas porque con la última chica anodina de 15 años venida del este (Tallin Estonia por ejemplo), no se siente identificada ni por asomo. Quiere que salgan vestidos maravillosos que pueda copiar para hacerle uno a su hijita para el baile de primavera.
Por eso si la rancia, obsoleta y manida maquetación de Vogue se ve transformada en algo minimalista, puro, recto y moderno. Esa mujer de Arkansas deja de sentir que es su revista y deja de comprarla. Porque a esa mujer le plantas delante al equipo de “feas pero inquietantemente interesantes” chicas de Vogue Paris, calzadas en unos zapatos imposibles, y vestidas en negro Balmain y le entra la risa. No son ni su raza, ni su pasta, aunque ella a lo mejor tenga más dinero.
Y si, para Anna sería facilísimo venderse al cutrerio del clon y del estilismo de Zoe. Páginas y páginas de donde encontralo más barato y como combinarlo sin perder el encanto. Pero eso, eso no es la esencia de Vogue. Eso, eso, no es Moda. Eso es el Elle, Marie Claire, InStyle. Eso es entretenimiento. No perdura. Es efímero. Eso, es una mierda.



Esa no es la revista que conjuga creación y sueño, que impone diseñadores y ofrece sueños. En esa revista no aparecerían premios literarios, ni Nobeles hablarían para ella. Aunque esa revista, vería sus ventas aumentadas (pero ojo! Su publicidad disminuiría). Pero eso no es Vogue.
El papel de Anna, no es fácil. Por eso el puesto de Anna no lo puede desempañar una rusa, ni lo puedo desempeñar yo; porque no comprendemos la idiosincrasia americana.
La presión es feroz porque ninguna otra revista se ve juzgada por todos, ninguna.

A mi casi con que cambie su política de portadas (y la libere de la tiranía de la palabra, ¡por los clavos de Cristo cuanta letra!) me vale. En serio.
En un mundo de usar y tirar, donde sólo queremos ver lo último porque lo penúltimo ya lo vimos por Internet ayer, la solución no está en matar al César. Y en Conde Nast lo saben.

5 comentarios:

mario dijo...

yo creo q no se trata de pensar si hay que poner a una rusa,una china una indú o la francesa roitfeld para dar un cambio a su revista...lo q podría hacer esta señora es renovarse un poco...Aunq cada edicion ya sea la italiana o la alemana tiene su estilo a la hora de hacer la revista...y en su caso es de poner a la cebrerity en portada con photoshop hasta en las pestañas...Lo que pasa es q esa manera de hacer su edición pues ya esta cansando y por eso la quieren quitar del medio...Si esta la I parte no m quiero imaginar las otras jajjaaj...bS i un 10 de post!!!

Wed* dijo...

Mario la segunda parte va por donde tu estás apuntando... jeje. Consejillos para Anita... Un beso

Sr Q dijo...

Wednesday, te digo que luego te comento porque tengo prisa pero de antemano tu post me gusta, creo que sé por donde va. Y es una postura inteligente. Y voy a hacer un post ;) Luego vuelvo.

EDUARDO dijo...

y ole! ooooooo, la boca llena d razon, a laa gente le encanta decir que anna es aburrida, pero no la entienden, los q compramos vogue usa todos los meses entendemos mejor, pero muchos no la compran y les encanta hablar por hablar, vogue usa es como tiene q ser, claro q tiene portadas horrendas, pero si la compras es por q sabes a lo q vas, y anna es anna y ya quieres otra cosa ps anda compra el elle que es espantoso... buen post saludos

Marquis de Lannes dijo...

Me gusta la primera foto de Mademoiselle Agnes (de Canal+ France) disfrazada de Anna!y con el dedo "tieso"!! me rei un monton cuando vi el reportaje en la tele!Hasta los acomodadores de los desfiles la confundieron con la autentica Anna!! Besos desde Paris!

 

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