EL PLAN

El lunes pasado me puse a plan. Se me dio bien. El martes me regalaron una bandeja de pasteles y cayeron dos. El miércoles comí pasta con frutos secos, el sábado boloñesa y ayer comida especial de cuatro entrantes, bandeja de carne asada y postre. No llevo, lo que se dice demasiado bien, el plan.

Me sobran cuatro kilos, uno por cada año que llevo comiendo en casa de mi madre. Quizás hace cuatro años me hiciera falta un kilo, pero ahora para sentirme yo a gusto me sobran tres. Esos tres de “cenando ligero me los quito cuando quiera”. ¡Ja! Eso era a los 22. A los 22 una semana cenando ligero, sopa Juliana, o leche con cereales, y no me vengáis con blablá las proteínas y blablá los lácteos porque eran mis cenas ligeras de los 22 y funcionaban, porque, lo que es sano hoy será tóxico mañana no hay mas que revisar la bibliografía del pescado azul vs blanco o más recientemente el cerdo, que es una carne blanca magrisima-y-que-viva-el-chorizo, se evaporaban sin sufrir y sin pasar hambre. Ahora esos tres kilos que-me-quito-cuando-quiera son losas y me cuentan por ahí que si no se tratan con mano dura, van a más.

Mi intención era hacer la dieta “Paris” que hace Emilie en “El diablo viste de Prada”: “Que consiste en… no comer básicamente nada y cuando creas que te desmayas, un quesito” Emilie es el mejor personaje de la película. Andy conforme pasan los años es más y más pánfila, pero me ha parecido un pelín exagerado (quizás le añada una manzana y un vaso de agua… al día) además que creo que no hago dieta desde los 16 años. Dieta entendida como privación de alimento con fin de adelgazar porque yo los patrones de alimentación saludable, los tengo: no como procesados de ningún tipo, no pruebo rebozados, ni a penas fritos, tomo dos/tres raciones de fruta/verdura al día y hago cinco comidas al día. ¿Y cual es mi problema? Pues bien, como he dicho, he cogido un kilo por cada año que llevo comiendo en casa de mi madre, COMIDA DE MADRE , que hoy hace cocido y mañana patatas con carne y pasado arroz con verduras porque la ensalada solo es o bien para cenar o bien cuando hace un calor infernal. Mi madre es así. Mi madre quiso preparar ensaladilla rusa el primer miércoles de la dieta de Zara porque según ella es muy ligera. La mayonesa se conoce que es, ese alimento que se incluye en todos los regímenes porque yo, según madre, soy una talibana de la alimentación.  Así que si a la comida de madre se le suman los fines de semana de comida de novio donde alcanza la felicidad a base de pasta y patatas fritas, una que por poco que coma y por mucha comida alternativa que haga a esa magnificas patatas fritas, no es de piedra, llevan al kilo por año. Que no se irán quitando esas patatas y dejando de comer donde mi madre (cosa que no puedo hacer porque la entierro en vida) porque al fin y al cabo no estoy gorda, se quitan con mano dura.


Hoy empiezo a pan y agua pero sin pan. Espero que sólo se resientan mis muslos y no mi carácter. Pray for me.


Arthur Elgort. Vogue USA Marzo 1999

WED SE VA DE BODA (A SU BODA)

De repente soy una de esas locas que tienen una hoja de Excel que pone “lista de invitados”. Un excel a diez columnas y diez meses vista. De locos. De loca. 

Me gustan las bodas. No del rollo egobloguer-preparo-mi-boda-pseudopatrocinada-a-ver-si-sale-mas-barato-y cuelgo-fotos-de-otras-bodas-para-ver-si-puedo-organizar-la-de-una-panoli. Me gustan las bodas porque siempre son un fiestón. Da igual de que palo sean porque cualquier excusa es buena para comer, beber y bailar fuera de la normalidad de un fin de semana. 

En mis tacones llevo ya muchas, no al nivel de la Boticaria García que calculo sale a una media de nueve sobres sepia al año (es lo que tiene invitar a 333 a la tuya, concelebrar con ocho sacerdotes y ser famosa) y sólo recuerdo una en la que me aburriera. 

Salvo excepciones, la gente que postea y escribe sobre bodas es en general bastante cursi y no cuenta la realidad de organizar tal evento entre Montescos y Capuletos que no se conocen porque seamos claros, una boda es una fiesta de disfraces entre familias que aunque se lleven muy bien, no son más que clanes enfrentados. 

Y mi boda no es mas que la excusa perfecta para volver a escribir. Escribir sobre bodas con un poco de ironía y un poquito de mala leche. Sin cursilerías, con algo de dramatismo y puede que alguna mentira. 

No crean que todo lo que me lea sea verdad, son la interpretación de Las Voces De Mi Cabeza.