Brillos horteras


El otro día llamé al mi novio hortera. Y me salió del alma. Y él se dio cuenta.


El pasado jueves el mi novio hablaba conmigo por teléfono mientras preparaba la maleta para irse de vacaciones a su casamadre. Y no sabía cómo trasportar el traje porque yo tenía su portatrajes con su otro traje. El traje lo quería para la noche de Nochevieja. Y le llame hortera. Sin pensarlo y desde lo más profundo de mi  ser. Y me quede tan a gusto, oiga.

Tras una profunda reflexión el que un hombre hecho y derecho se ponga traje, por muy guapo que este, que lo está, para salir en Nochevieja en un pueblo-ciudad de provincias, al mismo bar adolescente previo pago de 60 euros que te dan acceso a una cantidad ilimitada de garrafón del Mercadona y un gorro cutre de los chinos, es una horterada. Más aún cuando ese hombre hecho y derecho sólo se pone traje para las bodas y fiestas de muy, muy, muy guardar, por muy guapo que esté que lo está, y teniendo eventos más importantes que la Nochevieja a lo largo del año, que quizás pudieran necesitar traje y no se lo pone.

La Nochevieja es hortera por definición y un sinsentido total. Para mi pensar en Nochevieja es imaginar a ellos de traje mal llevado y ellas de brilli brilli  con peinados imposibles y tacones maripaz, sin ser yo nada de eso. Una opinión políticamente incorrecta pero que se reafirmó en mi antes de ayer cuando Cathy de Aragón le dijo a Confuso que la Nochevieja “era más cateta que Paco Martínez Soria en Williamsburg, y vestirse para ella más”. Yo creo que Martínez Soria en Williamsburg sería un muso porque podría pasar por icono hipster perfectamente, más si lleva a su gallina bajo el brazo, pero como símil es rotundo.

Quien pudiera de verdad ponerse esmoquin y traje largo para acudir a una fiesta narrada por  Fitzgerald y revivir esos días en los que el sport wear era un concepto diferente y la gente se vestía para el cóctel cada día. La democratización de la moda ha hecho que las fechas señaladas sean horteras y predecibles y el buen gusto, que no está ligado al dinero, desparezca, así como los manuales del buen vestir.

Herí el corazoncito del mi novio pero no llevará traje. Él y yo perfectamente podríamos ir a un baile en blancoy negro. Pero aún no nos han invitado.



"Before nights falls" Mario Testino. Vogue USA Septiembre 2003

Las flores de Miu Miu


No hay más que saber las edades de las editoras de moda para comprender sus influencias estéticas. En la adolescencia y primera juventud se forma el carácter y aunque se evoluciona y se pule, siempre queda el germen, y si no  entren en cualquier bar de moda o no, un sábado por la noche y pidan al camarero de turno que pinche “Wannabe” verán como unos cuantos grupitos de chicas se pondrán a bailar como locas, si luego preguntan la edad a esas jovencitas estarán entre los 24 y 28 años. A todas nos gustaron, todas renegamos pero “Wannabe” siempre será lo más para levantar el ánimo.

 

Empecé a comprarme revistas de moda, Marie Claire más concretamente en 1999, tras dejar a las Spice Girls, desconozco que me motivo a ello pero pudo ser el dato de que los minivestidos negros de la primera Victoria eran de Prada. Reconozcámoslo, la única que no vestía como una fulana.

A mí el periodo de la moda que más me gusta es el que va desde 1998 a 2006, esa estética limpia de las fotos, esas chicas post excesos de la era de las súper tops con Angella Lindvall a la cabeza, esas fotos que empezaban a tener photoshop pero no para distorsionar la realidad sino para crear ambientes más bonitos. Da igual que firma, que desfile, o que temporada, las prendas de esos años me obsesionan. Una estética de cortes limpios y looks bien presentados. Actualmente tengo la sensación de que para poder ver las prendas que proponen los diseñadores ya sea sobre la pasarela o en un editorial hay que rebuscar debajo del disfraz que presentan. 

 

La evolución de la moda, que está más de moda que nunca, está muy relacionada con la evolución digital y la búsqueda constante de la novedad. Hasta las firmas más outsider como Maison Martin Margiela se asocian con H&M, en búsqueda de una imagen que mañana ya será vieja.

Para mí hay dos firmas, o mejor dicho dos diseñadores que son los que temporada tras temporada presentan desfiles más estéticamente diferenciados respecto al resto para que sus imágenes las asocies inmediatamente a la marca. Disfraces tras los que se oculta las mismas propuestas de siempre. Uno de ellos es Marc Jacobs tanto para su firma como para Louis Vuitton y otra es la gran Miuccia Prada. Miu siempre ha sido feísta no hay más que ver los desfiles para el próximo verano. A golpe de ojo una cosa muy fea y poco favorecedora pero viéndolos con detenimiento hay precioso abrigos con flores y cálidos minivestidos rosa pastel. Y siempre ha sido así.


 

Una de mis colecciones favoritas de todos los tiempos es la del invierno de 2001 de Miu Miu, cuando realmente era la segunda firma de Prada y sus propuestas estaban destinadas a las veinteañeras que a los treinta comprarían Prada. Colores invernales como el negro, y el marino y muy femeninos como el burdeos, el rosa pastel y los tonos berejena. Lana fría, cashmere pero también seda y muselina en contrapunto. Babydolls, corte medieval, leotardos, “Mary Janes” de tacón cuadrado y una psicodélicas flores en vestidos muy lagos o muy cortos. Una campaña perversa en la que aparece una lolita tras una cortina con esos babydolls tan propios de una niña de siete años.


 


En Yoox, todos los años aparece una camisa o un vestido a la venta de esa colección en unas tallas enormes imposibles hasta con arreglos, pero siempre quedará eBay y la gente que limpia sus armarios desposeyéndose de lo que para mí son joyas a precio de Zara. Por fin tengo mis primeras flores de Miu Miu. Una obsesión adolescente.

 


PD. Desde aquí digo a Miuccia que rescate este estampado para un resort o algo así. Arrasaría en ventas seguro.





Metadona


Tras mis escasos diez minutos ejerciendo mi derecho a rebajas en Julio: un vestido, dos chaquetas, dos pares de zapatos y un cinturón, me dije: ¡Basta ya! Y empecé tres duros meses de ayuno y abstinencia. Del uno de Julio al uno de Octubre nada de comprar trapos, ni cosméticos, sólo lo imprescindible para el hogar que ya tenía encargado. Y lo estoy cumpliendo. Cuando prometo no volver a comprar en X tiempo, hago un juego mental por el cual si caigo en la tentación, cosas terroríficas sucederán a mí alrededor o a mí misma. Ser supersticiosa a veces trae cosas buenas y por miedo al karma, lo cumplo. Aquí estoy a 18 de Septiembre con un mono que no me tengo y nada de metadona que llevarme al cuerpo.  

Tengo una lista interminable de compras para Octubre.

     Los perfectos salones negros: No más de siete centímetros de tacón fino, punta redondeada y piel extra suave. Hace dos años gracias a Prada en Zara empezaron a traer zapatos de tacón medio y yo que soy muy tonta me compre tres pares, 120 euros en total. Y son Satán: me rozan en todos los dedos , son duros y no se dan de sí y  estoy incomodísima con ellos. Por ese precio o un poquito más me hubiese comprado al algo suave made in Spain que es lo que ahora busco. 
Una americana de smoking de esas de llevar sobre cualquier vestido largo. De esas que cuando las buscas no las encuentras. Dos meses lleva esperándome en los Massimos y verán como el uno de Octubre no queda.


Una batidora de varillas. Mi sueño. Un no parar de montar a punto de nieve.
Un bolso negro de piel donde me queda el iPad y no pese como si llevara el ladrillo de la madre de Tamára.
Lencería. En mi casa siempre se renovaba uno el interior con el inicio de curso. En y de  “Princesa”. Dirán que me pongo pesadita con el tema y que siempre ando necesitada. Eso me pasa por tener un fondo interior de la marca de bragas malas que se ponen feas al primer lavado. Eso es porque el señor Amancio ha dejado de traerme braguitas de algodón a los Massimos de las que era y soy muy fan. Pero he descubierto unas en Petit Bateau y también cosas monísimas en Cos y Ell&Cee.

    No sé si sabrán que al final conseguí mi suelo de parqué, ese que brilla pero se raya. Yo soy muy de comer en el sofá y muy de que se me partan vasos y caiga comida al suelo. Semanas antes de que la culjanter Raquel avisara que Missoni empezaba a colaborar con Bolon, la socia y yo pusimos en el negocio una alfombra de Bolon verde marciano y ahora yo quiero una alfombra de Bolon by Missoni para mi salón. Quien crea que es caro se equivoca. Colocar Bolon como suelo para una casa es caro, pero hacer una alfombra que lo resiste todo es bastante, pero mucho, más barato que una alfombra de lana. Siempre que no combines grecas porque si pides combinación de colores la cosa cambia. Dudo entre Bayadere Pink


  o Rasberry


  Muchos me dirán que tras tres meses sin gastar nada, podré comprarme todo eso. Pues no. Hace tiempo pregunté a Anita Patata Frita que con su “OperaciónArmario” sería inmensamente rica y me dijo que igual que antes que compraba porque no sabía cómo lo hacía siempre había imprevistos. Y eso me pasa a mí. He ahorrado lo mismo que si gastara y encima tengo mono. Incoherencias y dramas del primer mundo.

Cuquis


Voy a ser sincera. El novio y yo somos ideales que no lo podemos ser más. En serio, somos la mar de cuquis. Si yo tuviera menos pudor del que ya tengo colgaría una foto nuestra para que vierais lo repreciosos que somos, aunque quizás es mejor un video porque en movimiento ganamos. Si tuviera menos pudor y si el novio no me hubiera amenazado con dejarme si yo me convertía en egobloguer. El otro día le enseñe un par de egoblogs y flipó primero con su existencia y después con que hubiera novios dispuestos a prestarse a esas retraturas día sí día no.  La verdad es que las fotos que tenemos juntos son una pena de lo mal que salimos. Por separado somos de marco, pero es posar juntos y salimos hasta gordos. En nuestras vacaciones en Croacia de dos fotos que nos sacamos juntos, 100% de errores. Y una era tan vergonzosa que a pesar del marco incomparable (con pubis de una eslava mediante de fondo) tuvimos que borrarla.  


Pongo en antecedentes y cuento lo del pubis: playa de Zlatni Rat famoso “cuerno dorado” de la isla de Brac, la “puntita” de Croacia, única playa de pseudoarena que nuestros pies pisaron en la vacaciones porque aunque Croacia tiene unas aguas cristalinas dignas del Caribe, no hay arena, no hay playa, al menos de Split a Dubrovnik ida y vuelta. Total que allí estábamos en nuestras tumbonas, en esa playa famosa, que decidimos ir hasta la mismita punta a hacernos la foto, como los cientos de turistas que allí remojaban sus cuerpos. Fue llegar a la punta, que será de metro de ancha (en lo que es la punta, punta) y poner la cara de longuis de todos los que hasta allí se acercaban. De lejos, se observaba que había una pareja en actitud normal pero al acercarse uno se daba cuenta que la parte femenina de la pareja, estaba en canillas, despatarrá; pero no con sus piernas abierta al horizonte adriático, sino con sus vergüenzas dirigidas al público. Muy Terry Richardson. La eslava (porque era eslava) tenía cuerpazo pero era la única nudista y el único topless de la playa. A mí el nudismo me la trae al pairo (nunca mejor dicho) pero que la moza decida que su vagina tenía ser fondo de todo aquel que fuera a la puntita a hacerse la foto, pues como que no. Desnuda del todo tampoco estaba, que llevaba una especie de collar que coronaba sutilmente el monte. El monte de Venus, vaya. Eso sí, la chica muy limpia, que lo tenía todo a ras. Si a estas alturas alguien se pregunta que quien se fijo más en la eslava, si el novio o yo, fui yo. El novio no se fijó ni en la flora del monte, ni si estaba coronado. 
El caso, es que tras ver a la chica y al fornido acompañane, dudamos si hacernos la foto o no (salían desde todos los ángulos posibles, encima nos daba vergüenza porque a saberse si la chica se iba a pensar que estábamos fotografiando su paisaje, que digo yo, que al parecer le daba igual , pero tanto el novio como yo hemos recibido una educación judeo-cristiana y respetamos el posible pudor del prójimo)  y en esto que vino una francesa y un francés menos cuquis que nosotros y me pidieron si les sacaba una foto con la vagina de fondo y yo les dije que por supuestísimo que si y luego yo se lo pedí a ellos. Los gabachos me quedaron ideales, él parecía que tenía pelo y todo (creo que era por la comparación con la vagina) y nosotros, ¡Ay nosotros! De cuquis en aquella foto nada de nada, blancurrios y sin turgencia, una pena de foto. Nos hizo dos y a cada cual peor, y claro, no íbamos a tener a la francesa disparo por aquí, disparo por allá, por lo que muy amablemente le dimos las gracias, nos miramos y le dimos a borrar. No hacía falta preguntarnos nada. De pena de llorar. Y es que a veces podemos ser muy Mónica y Chandler.


En el avión de vuelta de nuestras vacaciones, nos tocó delante una parejita, que, parecía monísima y no hacían más que darse besitos y caricias, muy cómo el novio y yo pero no en aviones. Me estaban irritando. Alguien me puede decir que haberme puesto yo a dar besitos con el novio, pero es que yo iba ocupadísima matando burbujitas con el móvil y el novio meditaba con los ojos cerrados. Era cómo aquel capítulo de la luna de miel de Mónica y Chandler, en el que otra pareja de luna de miel se les adelantaba a todo: a la primera clase del avión a la habitación de lujo del hotel… irritante, repito, pero al bajarnos del avión y fijarme yo en los usurpadores del título “la pareja cuqui del año”  me di cuenta que no eran una amenaza. ¿Por qué? Pues porque eran perroflautas y como diría mi socia eso tiene poquísimo glamur. Además nuestra maleta rosa salió antes y su tienda de campaña debió de tardar un ratito. Gano yo. Que soy muy cuqui.


Anuncio de Ralph Laurent "Romace". La última foto la tuve pegada en mi carpeta adolescente toda la adolescencia y mira ahora yo soy asin de cuqui. 

Se hace saber que Los Fashionpedist han publicado libro

Eleanor Lambert fue una de esas damas de la moda, a la que junto con Diana Vreeland, debemos hoy muchas de esas frivolités que tanto nos entretienen, una genio de los medios. Entre otras cosas fundó el “Costume Institute and the Council of Fashion Designers of America” que aparte de dar apoyo a los diseñadores norteamericanos desde la creación de sus marcas hasta la manofactura y venta de las prendas, es la institución organizadora de la exposición anual del MET. Pero a la señora Lambert debemos también la “Lista anual internacional de los mejores vestidos” desde su muerte en 2003 publicada por Vanity Fair ya que se le dejó en herencia a la revista.

La publicación de tan variopinta letanía es hasta noticia de telediario de Prime Time. En ella se suelen codear reyes con anónimas editoras de revista y directores de grupos de inversión y en ella también la palabra “dandy” es más que socorrida para catalogar estilos tan dispares como el de Andrea Casiraghi, Jude Law, Kyril Saxe-Coburg-Gotha o Lapo Elkann. “Dandys del siglo XXI”. En cierto sentido verdad y en cierto sentido mentira, porque, ¿qué o quién es un dandy? ¿hombres de chaqué, pajarita y camisa almidonada que viven en Paris, se levantan más allá del medio día y desayunan champan?



Para poner luz a tan fashionista término, manido y sobre utilizado han llegado  Los Fashionpedist con un libro que recoge a través de la literatura la evolución del término.

Si, HAN LEIDO BIEN. LOS FASHIONPEDIST HAN PUBLICADO SU PRIMER LIBRO. “Prodigiosos mirmidones” se llama tan fabulosa obra, mejor titulo imposible para el primer bebé de unos autores que como ellos dicen han aterrizado en el mundo 2.0 para “invitar a una reflexión sobre el buen gusto en tiempos estéticamente convulsos”.

A los autores no los presento porque si estás por aquí, es que un poco la moda y aledaños te gusta, y no conocer a Los Fashionpedist es pecado carnal y mortal y además porque tienen un fabuloso blog donde desde la filosofía disertan sobre la no tan frívola banalidad que es la moda.



El otro día la madregremlin y otras apiotas de pro hablábamos vía Twitter de las amistades 2.0, anónimas pero de fuertes de lazos en algo hace años impensable, una cosa de frikis locos enajenados sin realidad cotidiana. 

En los últimos meses he visto como mis amistades virtuales se han puesto el mundo por montera y han decidido plantarle cara a esta aciaga crisis. Anabel Vázquez y María Martínez han abierto “Laconicum” una tienda online de cosmética imposible de encontrar en España y que merece una entrada a parte porque les he hecho gasto y pienso repetir porque no sólo me han vendido productos sino una gran experiencia a poco precio. LuciaBe y su pequeño imperio desde un pueblito de Toledo, cuyas ilustraciones están repartidas a modo calendario por media ciudad mía como publicidad al mi negocio. Y ahora este libro de Cathy de Aragón y compañía que valientes han sido porque lo han sacado entre vendimia y vendimia canciones de ukelele mediante. Estos doctorandos han conseguido que LuisAntonio de Villena les escriba el prologo del libro y no necesitan mejor respaldo que ese para demostrar que su obra debe estar en todos las estanterías de los amantes de la moda, la sociología y la filosofía.



Amigos míos virtuales, si ustedes son seguidores del blog de los Fashion, o alguna vez han retuiteado algo de Doña Cathy, si están más que cansados de esta crisis, si saben que el futuro es de los emprendedores y de los que mojan porque sino esto ni Frau Merkel lo arregla, déjense de palabrería y compren el libro que saben como yo que estos chicos se lo merecen y si en vez de comprárselo a Amazon se lo encargan a su librero de cabecera, ganamos todos.


“Prodigiosos mirmidones. Antología y apología del dandismo”
LETICIA GARCÍA, CARLOS PRIMO (COORDS.)
Presentación de Luis Antonio de Villena
Ilustraciones de Marina Domínguez Garachana

Editorial: Capitán Swing



Merche collares




Este año la Merche ha tenido streaming. Interesarme no me interesaba ninguna propuesta en general salvo sentir curiosidad (y mucha) por el Delpozo de Font y el off de hoy de Alvarno, pero Alvarno es otro rollo, Alvarno es caballitoblanco, por lo que no he visto ningún desfile en directo aunque si todas las entrevistas que Clara Courel ha hecho a las celebritis patrias. Destacar sobretodo la realizada a “su colega” Yolanda Sacristán. Alguien quiere curro nuevo.  Pero he seguido más que nunca la pasarela por Twitter. Ana Ureña prendió la mecha con un tuit en el que decía que Candy Pratts Price había acudido a esta nuestra cuartapasarelamundial (¡ja, ja, ja!). Previo pago (con nuestro dinero de contribuyentes), porque a esta señora poco o nada puede interesarle lo que aquí se cuece más allá de saber si un “Amazona” comprado en el Loewe de Serrano le sale más barato que comprarlo en Nueva York, a pesar de ese pasado latino que dice ella que se gasta. Lo que se olían en los tuits era mucho nerviosismo y muchas ganas de que Doña Candy trabajadora de Condé Nast USA, descubriera a alguien y se lo llevara a New York a triunfar cual nueva Andy pero con los conocimientos ya adquiridos. Ni que decir que Doña Candy pasa, que ella ya tiene bastante con pelotear a Anna Wintour, pero hay un acuerdo y tres han sido los elegidos para la gloria.



Lo mejor de seguir la Merche por Twitter ha sido leer los tuits crónica de Carmen  Mañana repletos de ironía de la fina para quien quiera saber leerla. Muchos de los tuits de Carmen iban acompañados de fotos de detalles, entre estos hubo uno con foto de un collar híbrido de  Ana Locking. Yo, cuando vi el collar no sabía si Ana plagiaba a Bimba y Lola, si Bimba y Lola tras ver ese collar se inspiraría en Ana Locking o si Ana Locking era nueva empleada de Bimba y Lola. Lo que sí parecía era que esos collares eran “exclusivos para el desfile” y que no se iban a comercializar. Algo así como el bolso-concha de Chanel en nácar pero en plasticorro del chino. Lo que yo no sabía era que en realidad el plagio/copia/inspiración/pasabaporaquiysemeocurrióamitambién era de un creador español de bastante reputación Andrés Gallardo (una no puede estar a todo). Aunque esté hablando de los collares, yo no voy a hablar de los collares porque más saben otros de los collares y encima estoy haciendo un Avedon. Lo que quiero decir es que el tema de los collares de plasticorro del chino es ya el colmo de la cutreria y que hay que pararse a reflexionar. Yo no que no vivo de la Merche. Los creadores de ACME y accesorios.



Sin señalar a pequeños creadores y empresas desconocidas, lo siento pero la moda de España es Zara, para lo bueno, lo malo y lo regular y con todo lo bueno, lo malo y lo regular que eso tiene. Desconozco cuales han sido los motivos que han llevado a Inditex a patrocinar la Merche (¿fiscales?) pero el caso es que ahí están poniendo sus dineros para que otros que los critican puedan desfilar en la cuartapasareladelmundo y encima los pongan a escurrir y acusar de plagio. Que Zara copia lo sabemos todos y lo saben ellos que en eso basan su modelo de negocio, pero no venden humo, no venden originalidad y creación cuando no lo hacen, no engañan al comprador. Me da vergüenza ajena leer a algunos miembros de ACME criticar el patrocicio de Inditex porque “Inditex les copia”. No señores no se equivoquen. Zara copia las colecciónes mejor valoradas en el momento de ser presentadas en las pasarelas de NY, Paris y Milán porque a Zara le importa el comercio global y si este año gustan las botas de cowboy de Isabel Marant pues ahí está Zara clonando las botas pero no a un creador español que presenta con una diferencia de 20 meses propuestas de Lanvin. ¿Quién clona? ¿Quién se inspira en quien? Hace años leí en la red a alguien que los creadores españoles se inspiraban en el modelo que Zara había copiado a Miuccia Prada y encima al mismo precio. Al mismo precio que Prada se entiende. La historia del collar de Ana Locking viene a demostrar todo esto.




Ya está bien de mentir. ACME no es la moda española, Inditex sólo tampoco, hay muchos jóvenes y no tan jóvenes creadores que sin ACME lo demuestran. Ya está bien de vender copias del cinturón de Valli a precio de Valli, cuando tu valor de marca no es como el de Valli por mucho que seas un diseñador “adorado”. Ya está bien de tanta chorrada de cuartapasareladelmundo. En vez de plagiar lazos, lanvines y collares, plagien los de ACME o los de la Merche el modelo de pasarela de Estocolmo. Me cuentan que la compradora de Browns ha estado allí mientras aquí se celebraba la Merche. Y gratis. Dispuesta a comprar para poder vender.


FOTOS: “Portraits of Style” por Steven Meisel. Vogue USA Septiembre 1998. Robado en TFS

Sin IVA


Lo que más echo de menos cuando estoy fuera de casa es el café. Algunos pensarán: “pues vaya bobada, un café te lo sirven en cualquier lado”. Ya. Es cierto, el café es un bebercio universal; de las pocas drogas bien aceptadas por todas las culturas, pero a mí el café me gusta en tazón grande si es en el desayuno y en mug si es en cualquier otro momento, cargado a la hora de hacerlo pero con el doble justo de leche cuando es servido. Y con azúcar moreno. Poca. Antes de irme de viaje el último café de mi casa me sabe a despedida y el primero al regresar a gloria. Y el de por la mañana me gusta en solitario con la radio puesta. Mas en invierno cuando es de noche aún y se intuye frio. Mi momento. Por eso el mejor momento de las vacaciones fue el viernes cuando me desperté antes que el novio y me tomé el primer café en nueve días. Irse tan lejos para poder disfrutar con tan poco.

En ese mi momento pensé en lo mucho que me gusta Septiembre a pesar de mi cumpleaños. Creo que es una etapa superada aunque lejos estoy que me guste celebrarlo. Septiembre como dice Candy Pratts Price tan de moda esta semana (lo que te rondaré morena) es el Enero, ella dice que para la moda y yo digo que para casi todo. Es más punto de inflexión que el primero de todos. Y si no lo mejor es preguntar a un estudiante de cualquier edad.

El negocio se abrió en Enero y hoy le decía yo a mi Joss que hemos sido como esas series de televisión de  mitad de capítulos en la primera temporada (acá Dawson Crece o Anatomía de Grey) que empiezan cortas pero intensas, tanteando para intentar enganchar y tener una memorable segunda temporada (acá esas mismas series) y quizás por eso tuviera tantas ganas de volver empezar la temporada de verdad.

Esto comienza y sólo puede ir a mejor. Optimismo en tiempo de crisis. No tiene IVA.

Listas y maletas.

Preparar una maleta no es cosa fácil. Si hago caso al Vogue cuando en su “Summer Issue” recomiendan qué llevar en la maleta de vacaciones, acabaría incompleta y semidesnuda por el mundo adelante. A Saber ejemplos tales como estos: bikinis desparejados (que Lauren Santodomingo suele empaca en su maleta para irse a Cartagena de Indias), un par de camisetas básicas de algodón ecológico, un sombrero de paja, unas sandalias de Ancient Greek Sandals, una joya importante (suelen ilustrar con un collar de Bulgari de esmeraldas y topacios) y un vestido largo “para las noches más glamurosas” (y te cascan una foto de pasarela de Roberto Cavalli) y ya y tan anchos que se quedan oiga. Supongamos que hago caso a su ejemplo de maleta perfecta y me llevo 4 bikinis, 2 camisetas de algodón (normales), un gorro (no tengo borsalinos, ni panameños, ni pamelones), unas romanas, el collar de perlas de mi madre (creo que es la joya más “importante” de mi casa) y un vestido largo; pues me tendría que coger un vuelo, tren, bus o taxi al segundo día porque iría, fuera donde fuese, hecha un Cristo e incumpliendo las leyes de la cordura y no ya del buen vestir, sino del normal vestir. Vamos, que yo para hacer una maleta, me hago antes una lista(s) porque soy una obsesiva y una maniática. Una pequeña aspirante a Mónica Geller.


Yo no valdría para irme de aventurera con una mochila y un par de bragas. Sólo me voy con una mochila y un par de bragas o a mi pueblo o si al pack se le puede sumar una de esas tarjetas Visa súper vip y ya me hago yo la maleta a golpe de compra cuando llegue al destino. Irme a la buena de Dios me produciría ansiedad y no disfrutaría. Lo reconozco. Ya saben los que me visitan que yo de jipi no tengo ni las ganas (porque además ser jipi es más caro, aunque mejor visto, que ser un pequeño burgués)

Así que antes de irme de viaje hago listas primero muy largas y luego las acorto para que no me pase como aquella vez que me iba a llevar lo justo a Canarias y me lleve todo lo que tenía en el armario. De invierno y de verano. En mi defensa, antes de ir a Canarias tenía que pasar una semana en el frio Febrero de Madrid, y me di en liar y liar y casi me mata mi socia a la que recomendé llevarse lo justo, me hizo caso y como dice ella se fue a Canarias a lo pobre: Tres bragas, tres tops y dos vaqueros de quita y pon, se le mancharon ambos dos y no un poco, un mucho y acabo de guarra primero en Canarias y luego en Madrid porque un coche atropelló un charco y el salpicón le tocó a sus vaqueros blancos. Pero mi socia tiene de jipi menos que yo y tiró de tarjeta por Fuencarral y aledaños antes de coger el bus de regreso a Castillas. La excusa perfecta porque ya no necesitaba ropa, el daño estaba hecho, pero se renovó de cara la primavera (ejem). Se me olvidaba decir que también llevaba en la maleta un traje de reina de corazones con peluca decimonónica que sólo se puso una noche y que muy sucio no estaba.

Mañana embarco rumbo a unas no sé si merecidas vacaciones y de momento en mi lista hay: 12 prendas de ropa interior, un pijama, tres bikinis, tres camisetas blancas, dos negras, seis vestidos, dos faldas, un vaquero, una pareo, unas bailarinas, unas cangrejeras, dos toallas , un jersey fino, uno gordo , dos chaquetas y quincalla varia. Más el aseo en formato Low Cost aunque me vaya con Iberia. Lo justo, vaya.

Fair Play


Servidora ha sido acusada por lo largo y ancho de la red de tener abandonada esta su casa. Y es verdad. Y es que servidora está cansada, no de la red que cada día es más interesante, sino de los blogs de moda. Ganas me da de hacer un Lucio Chiné y no volver a escribir nunca o de hacer un Madonna y reinventarme.

Hay días en los que me levanto y me entran ganas de hablar aquí de la prima, de la familia de la prima y de lo que yo pienso de ella pero perdería seguidores (o no). Hay otros días como hoy que me entran ganas de hablar de la buena educación de algunos deportistas como Bolt, parando la entrevista para respetar el momento de una compañera de otro país, el momento de sus honores, himno sonando bandera subiendo, o el de Sandra Izbasa que ayer en la entrega de medallas en salto, siendo ella la ganadora felicitó a sus rivales desde abajo antes de subir al pódium a recibir sus laureles dando una cura de humildad a la estadounidense y el rebote mayúsculo que llevaba en el cuerpo. Esto lo digo yo, que como ustedes saben no podría ser deportista de alto nivel, no por cualidades físicas que me sobran (ejem…, ¡Ja, ja, ja!)  sino porque el concepto Fair Play no va con mi carácter y soy capaz de pasarme insultando al rival un partido de tenis entero y #sufriendocomolasrusas. Y mira que antes de cada competición me mentalizo que no es más que un juego y que desde luego yo ni gano ni pierdo nada, pero luego me meto en el juego (en el que sea, igual me da una final de tenis, que unas pruebas clasificatorias de piragüismo que la final de lanzamiento de martillo) y me sale la McEnroe que llevo dentro y me convierto en una maleducada de tomo y lomo en la intimidad de mi salón, y descargo endorfinas y tensión por la prima y sus amigas. Y relajada que me quedo oiga.

En el fondo tengo muchas cosas que contar porque a mi,  140 caracteres me dan para poco, que soy de entrada larga y lengua afilada. Y eso que tengo temas. Podría hablarles de mi obra que empecé en un piso de alquiler y desde entonces no he parado, del negocio, de lo duro que es ser empresario y que el mundo piense que cagas billetes pero en el fondo cobras menos que tu trabajadora por cuenta ajena, de que quiero muchomuchomucho un vestido de Jil Sander de 2800 euros (por si alguien quiere regalármelo, prometo posar con él), de que he empezado la operación bikini 2013 porque a esta no llego, de los hoteles de Croacia, incluso de mi familia política. De las chorradas de mi padre (que es un filosofo urbano) y de porque en las bodas no se sirve ya comida. Pero con el transcurrir del día mi verbo se relaja y al enfrentarme al folio en blanco (de Word) el tema ha perdido su gracia. Las modas pasan el estilo perdura y ya ni eso.

Economía de Moda


Entiendo. Tú crees que esto no tiene nada que ver contigo.vas a tu armario y seleccionas… no sé, ese jersey azul deforme porque intentas decirle al mundo que te tomas demasiado en serio como para preocuparte por lo que te pondrás, pero lo que no sabes es que ese jersey no es sólo azul, no es turquesa, ni es marino, en realidad es cerúleo. Tampoco eres consciente del hecho de que en 2002 Óscar de la Renta presentó una colección de vestidos cerúleos y luego creo que fue, Yves Saint Laurent el que presentó chaquetas militares cerúleas. Y luego el azul cerúleo apareció en las colecciones de ocho diseñadores distintos; y después se filtró a los grandes almacenes; y luego fue a parar hasta una deprimente tienda de ropa a precios asequibles, donde tú, sin duda, lo rescataste de alguna cesta de ofertas. No obstante, ese azul representa millones de dólares, y muchos puestos de trabajo, y resulta cómico, que creas que elegiste algo que te exime de la industria de la moda, cuando, de hecho, llevas un jersey que fue seleccionado para ti, por personas como nosotros entre un montón de cosas"

 Miranda Priestly, “El Diablo viste de Prada”

"A menudo tengo la impresión de que la moda asusta a mucha gente y como les da miedo la critican.  Creo que los que denigran nuestro mundo suelen sentirse, en cierto modo, excluidos de él, y por eso se burlan.  No porque te guste llevar un vestido de Carolina Herrera o un vaquero de J Brand, en vez de algún básico de supermercado, eres estúpido.  En la moda hay algo que, a veces, pone a la gente muy nerviosa." 


 Anna Wintour, "The September Issue"



Las frases que encabezan esta entrada son bien conocidas por todos los que frecuentan los blogs de cualquier tipo de moda. Una es de Anna Wintour y la otra de su alterego  ficticio Miranda Priestly y ambas resumen a la perfección al mundo de la moda y la visión que desde fuera tienen aquellos que se consideran al margen.

La semana pasada mi yo virtual tuvo dos altercados a cuenta del concepto moda y sus circunstancias. Como muchas veces me he quejado, cansa mucho el que a alguien que le gusta y sabe de moda se le tache de superficial y de esnob. Acá la frase de la Wintour real. Si te gusta la pintura, los toros, los Beatles o el punto de cruz hasta el extremo de saberlo todo (o casi) sobre TU tema aunque te dediques a otra cosa, se respeta, incluidos los toros, porque el ansia de conocimiento sobre lo que sea, en esta sociedad híper informada al segundo pero tan vacía de auténtico conocimiento propio (¿Les recuerdo que Belén Esteban es portada de Interview y que muy probablemente el número se agote?) todavía se elogia, pero si este campo es la moda, directamente eres imbécil. Se te juzga erróneamente por alabar una colección de Jil Sander, creyendo el juez que tú por creer que Jil Sander tiene más calidad en sus camisetas básicas que Mango, les vas a juzgar por llevar esa camiseta de Mango. Los primeros en juzgar superficialmente son ellos. Eres esnob por gustarte la moda, la moda denominada cara, el mundo del lujo, pero no lo eres si te gusta la F1 que es el lujo de los coches, porque al fin y al cabo es un deporte ¿no? Y el deporte dignifica.  Los primeros superficiales son ellos por no saber ni querer profundidad en el resto de cualidades e intereses que te definen como persona.

Y acá la frase del Diablo. Para el público que consume moda, tendencias y estilo de vida, nivel usuario, para aquellos que no son juzgados como esnobs porque les interesa más saber combinar una paleta de colores y tienen un presupuesto casi fijo para Zara al mes (no lo critico yo también estoy interesada en ese aspecto y soy una gran consumidora de moda) pero que realmente poco o nada les importa porqué llevan ese color y no otro, Anna Wintour es una tirana oculta bajo unas gafas negras que no deja que sus redactoras pasen de una talla 0. La reina de las esnobs. Lo que es Anna Wintour es la CEO de una empresa que mueve millones. Y no me refiero a Vogue. 

Anna Wintour, si, es esa mujer que elige que foto se imprime y cual se desecha, pero también esa mujer que se reúne con proveedores de telas y con minoristas para poder interceder entre ambos y que el producto llegue a las tiendas y que en muchos casos ayuda a abaratar costes de producción que luego se sienten en el bolsillo del comprardor. Anna Wintour es esa mujer que llama a la senadora K.Gillibrand a su despacho para hablar de aranceles (¿Les recuerdo que la crisis mundial que vivimos se desató apenas un par de años después de que los acuerdos con China en materia de aranceles se modificaran en USA y Europa? China ese país que produce cafeteras, tornillos y también ropa) Anna respalda proyectos que ayuden a los jóvenes creadores a lanzar su firma (Thakoon, Phillp Lim pero antes Narciso Rodríguez, Proenza Schouler) gente que va a vivir de esto y que dará trabajo a otras personas. Una vez se habla de números al nivel que maneja Wintour, números que se escapan a los necesarios y pedidos por su revista ya no hablamos de moda, hablamos de economía.

Hace ya unos años ella apoyó y fomentó la “Fashion Night Out” en las principales capitales mundiales. En aquel momento el mundo estaba en regresión económica y si bien las firmas de lujo crecían  en los llamados mercados emergentes, en el viejo mundo los números estaban en una longitud de onda inferior al rojo. No sólo el lujo, también las cadenas de medio coste y las pequeñas tiendas multimarca que dan de comer a una y en el mejor de los casos a dos familias. Pues bien, hace dos semanas en mi pequeña ciudad castellana alejadísima del cuatro de Times Squared, se celebró una pequeña “Fashion Night Out” para que las tiendas que no son Inditex pudieran vender algo en esta aciaga temporada. Y fue un éxito. Pocas de las personas que ese día aquí se compraron un vestido de descuento y se comieron un canapé sabían de la existencia de Wintour. El concepto “azul cerúleo”.

La moda intenta crear arte para vender sueños que se trasforman en números que cotizan en los mercados, que estimulan el PIB del país donde ese esnobismo se transforma en una tela cortada con la que alguien se vestirá. Es algo más que la logomanía y el life style es una industria potente que compite al lado de farmacéuticas y constructoras en las bolsas. Si la moda sólo fuera lo bello y superfluo, si sólo fuera arte, Lacroix seguiría diseñando. Pero no se queden tampoco con los billetes verdes y las largas colas de rebajas para poseer la última tendencia muerta porque en el poliedro que es la moda, también hay sitio para la filosofía, la sociología, el filantropismo y la política.


Pinchad para leer artículos relacionados en las frases subrayadas. 

#putolunes

Odio el lunes como la mayoría de los mortales. Como quejarse es de cobardes, muchas veces me consuelo la agonía que produce el #putolunes  pensando en cosas como que sale el Vogue, que estreno vestido o que queda menos para ver a *. Este es distinto. Desde hace algunas semanas, más concretamente desde que Raquel proclama que el lunes empieza el fin de semana, yo me hago mi lista semanal para poder sobrevivir. Este ni con esas. Me he levantado como el día: gris antracita.



He sobrevivido al fin de semana de festejos político-familiares con mucha dignidad. Me plante mi precioso vestido blanco, mi trenza de espiga ladeada, mi carmín guinda y acompañe al novio a cristianar a la niña de su prima, eso sí, seis horas más tarde acabe codo en barra con un Absolut viendo el baloncesto sola y tan a gusto. Mi momento del finde. Esto ratifica que soy rara. 

Aun habiendo sobrevivido al tercer fin de semana en un mes en casa de la madre del novio, he decidido que hasta el próximo evento de clase A no vuelvo, y entiendo por evento de clase A una boda. Para llevarte bien con la familia política, cuanto más lejos mejor, cada uno que lidie con la familia que le ha tocado. Cada uno en su casa tiene sus costumbres y yo entiendo que un extranjero de tipo cónyuge (con o si papel, eso es irrelevante)  en una casa que no es la suya se sienta como un antropólogo en África. Las diferencias socio-culturales entre los diferentes pueblos y provincias de España me darían para otro blog, uno en el que los comentaristas me agredieran verbalmente porque en mi casa al parchís se juega de otra manera. Creo que mi día gris se debe a la culpabilidad que me crea haber tomado semejante decisión porque la familia del novio me trata muy bien. Culpabilidad judeo-cristiana de nuevo ¡Y qué dura ha sido mi educación en un colegio de monjas!


De todas formas. Las cosas por las que merece la pena sobrevivir a esta semana de Junio son muchas: hoy me voy a pedir presupuesto de mis próximos primeros electrodomésticos de cocina (una no sabe que es realmente la vida hasta que tiene que decidir la capacidad de su lavadora, el consumo de su frigorífico y la pirolisis a su ausencia de su horno), sale el Vogue (aunque como los últimos cinco números sea un ejemplar vacio de contenidos), viene mi amiga Marta (esto sí que mola) el sábado haré mi quinta visita de la temporada a Ikea a por mi primera Expedit y toca la quema anual de algún espirito pasado para tener un buen presente. Abstenerse de reírse: hasta que no queme aquel mono morado mi vida no fue a mejor (yo me entiendo)






FOTOS: Un edito de Carine en Elle France del año 1990. Robado sin ningún pudor de TFS