Marni en poliéster

Atención noticia: Desde aproximadamente las diez de la mañana de hoy, día 29 de Noviembre de 2011, Marni, es la firma favorita de todo el mundo desde hace años; porque Marni es la nueva colaboración de los Horrores de Moda/Hambre y Miseria mundialmente conocidos como H&M o cómo diría mi amiga Pili Pájaros “Hombre y Mujer”.


Que a mí me gusta Marni, es algo que sabe todo aquel que me lee desde el principio (hay perdidos por el archivo al menos dos entradas), que tengo ropa de las colaboraciones de hambre y Miseria también y que creo que, estas colaboraciones, han alcanzado un nivel de prostitución, que no aportan nada y que, muchas veces encuentras ropa de esa firma AUTÉNTICA por poco más del poliéster de los suecos, no tengo ni que decirlo.



Con Karl y Stella, las colaboraciones tenían un sentido. Ambas colecciones eran creadas específicamente para la cadena sueca y aunque respiraban el estilo del diseñador no eran copias en el peor poliéster a un precio escandaloso. Lo digo porque las vi y toque y con Stella compré. Un abrigo maravilloso de lana hecho en Eslovenia (cómo mucha de la ropa de por ejemplo Chloé), que me costó a penas 100 euros y que sigue en mi armario impecable desde Noviembre de 2005. Tiene el estilo de Stella pero si se busca en style.com no te encuentras con la versión “real” del invierno de 2003 (por ejemplo). Lo mismo ocurrió con Viktor&Rolf, pero Cavalli que es la party (como el Elle de este mes, que merece una entrada a parte por horteras) cambió las reglas del juego y en vez de sacarse de la manda 20 prendas en estampado de leopardo decidió plagiarse a si mismo.

“Si total H&M o Zara sacan clones de mi ropa, me clono yo en el peor poliéster, cuelgo mi etiqueta y vendo como churros” debió pensar y así fue. Se vendió como churros. Se vendió la que más. Todos recordamos a Bibiana Fernández pegándose con otras malenis por un Cavalli de saldillo. Un Cavalli peor Just Cavalli y más caro. Un Cavalli del Pinkie.


El culmen del horror, del histerismo y de todo lo cutre llegó con Lanvin. En el verano del 2005 o 2006, no recuerdo yo muy bien, Elbaz le decía en una entrevista para “El País Semanal Extra Moda” a la gran Eugenia de la Torriente, que él NUNCA, podría hacer una colección low-cost porque para él, los materiales y les petittes mains eran importantísimas y eso una empresa de fast clothes no se lo podía dar. Otoño de 2010: Lanvin loves H&M. Collares de plasticorro del malo, vestidos con tules del Barato a casi 300 euros y zapatos más duros que los pies del demonio y más feos que las novedades del chino a 99. Con un par. Y medio mundo loco.

Meses antes, recuerdo leer por toda la blogosfera un millón de referencias sobre Lanvin a todo el que tenía un teclado y un “blog de moda”. El 90% de todas esas personas conocían Lanvin de oídas. Y ese mismo porcentaje no sabía ni quien era Jean Lanvin, ni que empezó siendo una marca de ropa infantil, ni que una española (Cristina Ortiz) diseñó para la firma antes de la llegada de Elbaz, ni que un retrato de la propia Jean se exhibe en la National Portrait Gallery de Londres, y mucho menos que sus joyas inspiración art-decó son oscuro objeto de deseo por coleccionistas de medio mundo. El marketing funcionó, demasiado bien.


La colaboración de Marni con H&M la hubiera entendido en 2006. Hubiera comprendido a la perfección que una diseñadora como Consuelo Castiglioni (a efectos diseñadora de Marni), conceptual, experimental y al margen de las tendencias creara una cápsula para Horrores de Moda, pero a día de hoy, visto que sólo se hace Best of ¿qué va a aportar Marni? En el imaginario fashionista (horror de palabro) Marni no tiene un icono. Basa sus propuestas en estampados, sus collares y ropa interior se vende bien, pero no existe una referencia, por hacer no hacen ni publicidad. Esto puede hacer volver al antiguo modelo de colaboración a la Karl y Stella o que salga una mamarrachada.

Llegada a este punto, blog obliga, y antes de que llegue el 8 de Marzo de 2012, cómo Marni es el nuevo must y lo más favorito de todos, un poquito de historia para que todo el mundo sepa de donde sale lo nuevo por lo que muere:

- La creadora de Marni, es Consuelo Castiglioni, suiza, casada con el hijo de unos peleteros italianos. Consuelo empezó a trabajar en la empresa Ciwi Furs en el año 1994 con una colección experimental. Ciwi Furs aparte de ser la empresa de la familia Marni, es proveedora de prendas de piel de otras firmas como Prada. En el año 1999 se independizó por completo y comenzó a desfilar en Milán.

- La estética de Marni siempre ha estado basada en el estampado. Si bien durante el primer lustro de los 2000 encontramos estampados más naturales (la mítica colección de 2001 de pájaros o la de 2002 de flores), desde 2005 hasta ahora son estampados más geométricos.

- La colección del verano de 2002 fue la que posicionó y colocó en todas las revistas a Marni, gracias también a que Carrie en un capitulo de “Sexo en Nueva York” sacó un vestido de esa colección.

- Los estampados no se los compran a nadie, los crea el propio equipo creativo por eso, durante dos o tres temporadas, parece que el estampado no cambia o cambia poco, porque son hechos en exclusividad (esto ya lo conté una vez creo).

- En un principio, sobre la pasarela presentaba más “piel” siempre tratándola de una manera muy innovadora y pieles poco convencionales, cómo el canguro, ahora Castiglioni está más alejada de ellas.

- El primer “must” de la firma fueron sus bolsos de tela combinados muy jipis, seguido de los collares y cinturones. Tal han sido el éxito de la firma en este terreno que tienen tiendas de accesorios separadas de las de ropa (en Madrid en el Callejón de Jorge Juan).

- La firma fue una de las primeras en vender desde su página de manera “online” amparada por el grupo Yoox, es por esto que en Yoox, se encuentra mucho Marni y a buen precio que va bajando según avanza la temporada (en las Sample Sales se pueden encontrar piezas a 60 euros y menos) porque venden sus excedentes. Tiene un oulet en Milán y otro en Florencia donde se encuentran autenticas gangas.

- Su mejor publicidad son sus tiendas, diseñadas por el estudio Sybarite, todas en propiedad.

- En Marni han trabajado diseñadores como Paulo Melim Andersson, es más cuando este se hizo con Chloé su paso por Marni se notaba demasiado y la estilista principal de Marni esLucinda Chambers, editora de moda del Vogue británico y su publicidad y comunicación la lleva la mítica Karla Otto.

- Una de las modelos favoritas de Consuelo en la española Marina Pérez.

- Marni tiene además una línea infantil y el año pasado sacó una de vaqueros y una edición especial de sus mejores y más míticas prendas (la mayoría del invierno del 2003, para mí, su mejor colección).

- Desde hace tiempo, The Rug Company vende alfombras de Marni, carísimas.

Marni es cara, pero no excesiva. Online y con paciencia se encuentran buenos precios. No sé a cuanto la venderá H&M, pero si la media, es como la de Lanvin o Versace mi consejo personal es que se guarde el dinero y se vaya en rebajas a la tienda de Jorge Juan donde se podrán comprar piezas auténticas.

Todas las fotos son editos en los que sale ropa de colecciones de Marni desde 2001 a 2005, sacados de su web, muy recomendable.


P.D. Este bolso es un bolso mío de tela de Marni del verano de 2002 comprado en eBay por 40 euros.





Bruce, Vogue & Melania

Que compro muchas revistas no es un secreto para nadie y que las colecciono menos. Ahora eso sí, no las guardo todas. Todos los meses, absolutamente todos, compro Vogue; desde Agosto de 2002, un número que conmemoraba el 11-S y que era un canto a la Ciudad de Nueva York hasta la actualidad tengo todos los números publicados, salvo dos. Uno se lo deje a mi amiga E* y tenía a Liya Kebede en portada, un número de Julio o Agosto de, puede, el 2003 (no te preocupes E, sé que ni te acuerdas) y otro el famoso número de Septiembre de “Las Ministras” con Hether Marks en portada. Mi tía lo tiene y nunca más se supo. Son mis tesoros a 3 euros y medio el tomo. Un tratado de sociología más que de moda que diría el Señor Q y con toda la razón. Se puede saber mucho del tiempo de una sociedad a través de Vogue, desde los editoriales a las entrevistas se puede intuir lo que estaba pasando.


Ahora que hay que saber leerlo y no quedarse simplemente en el “salen unos botines de Manolo de 1100 euros”. Cada revista va dirigida a un público y es muy probable que el resto no entiendan su mensaje.
Cuando empecé a leer revistas compraba Marie Claire e InStyle y con 16 años entendía su mensaje, porque yo también quería encontrar un perfecto clon de Chloé del verano 2005 (y lo hice un vestido de Zara que es mi favorito a pesar de que en mi armario cuelga el real), copiar el estilo de Mary Kate Olsen y saber un poquito quien era esa Alberta Ferretti que hacia los vestidos que más me gustaban de la alfombra roja. Reconozco y no me avergüenzo, recordarme a mis y a mis amigas leyendo las “101 maneras de ponerlo a 100” de Glamour y recortar del extra moda (no del de Vogue, ese es sagrado) los looks que más me gustaban de la pasarela. Eso me duró una gripe.


Poco a poco fui dejando esas revistas femeninas, pero nunca Vogue porque para mí sigue siendo lo mejor del mes. Conforme mi interés por la MODA iba en aumento, mi interés por lo femenino y los trapos decrecía, a pesar de que mis dos armarios escupen ropa cuando los abres, y esas revistas se convertían en revistas de leer y tirar: me las compraba para el autobús y cuando llegaba a destino se iban a la papelera.

Mi interés por la moda se alimentaba fundamentalmente online y el descubrir revistas extranjeras, Vogue Paris, Katie Grand y a Steven Meisel me hizo ser, a la vez de la más fiel compradora de Vogue España también su más ferviente crítica: En el año 2002 Vogue España era fantástica en el 2008 una mierda pero lo único potable en castellano.


En Septiembre de 2008 Vanity Fair apareció en España, y también atesoro sus números desde entonces. Previamente a su primer número, parecía que Yolanda Sacristán desde Vogue intentaba que VF no saliera ya que temía que le robara público, así que nos tragamos insufribles portadas con Eugenia la duquesita y Ronaldo el gordo y su chorba intentando hacer una especie de “Hola” de la moda. Basura todo. Con Vanity Fair estos personajes desaparecieron porque se los llevó. Pero se los llevó al mundo irónico de Graydon Carter quitándoles ese olor a naftalina que desprende los reportajes de la revista del saludo. Aún así Vogue nadaba en un mar extraño entre las aguas del moderneo, las del barrio de Salamanca y las del voguetterismo más ridículo. Basura todo.


Y en 2010 llegó ella. Melania Pam. Con sus faltas de ortografía, su sobreexposición en las fiestas y esas cartas de la directora que han creado escuela. Vino con Harper's Bazaar, rival de Vogue en el mundo adelante, aunque todo el mundo sabe que todas quieren ser una chica Vogue. Con la gran Carmen en portada, sin letras, muy minimal. Una revista muy mala que desde luego el taget InStyle no la compraría, pero que puede, por esas portadas mudas el público Vogue sí. Y gracias a Melania y a su rubio platino y a esa mezcla entre ternura y vergüenza ajena que produce, Vogue España es una gran revista, que con muy pocos medios compite a día de hoy con cualquier edición de Vogue.


Desde aquel Marzo hemos visto como las tops del momento hacen editos propios, nada de “copy/paste”, portadas y reportajes. Los Demarchelier disparando y también Mario Vivanco, la primera portada de los Inez&Vinoodh con una Natasha Poly desnuda y sobre todo dos regalos enormes que mucha gente no entenderá pero que lo son: los números de Diciembre de 2010 y Diciembre de 2011. Peter Lindbergh y Bruce Weber. El padre y el Hijo porque el Espíritu Santo del triángulo de los Popes de la fotografía de Moda lo esperamos para el año que viene, Steven Meisel.
El año pasado, el gran Peter hizo un portfolio llamado “España”. Si, es verdad, un número sin ropa, pero con mucho arte. Un auténtico libro de fotografía que utilizando los tópicos españoles sacó lo mejor de España y este año Bruce Weber hace lo que le da la gana para Vogue España. Nada en especial sólo lo que a él le gusta.


En este número de Vogue de Diciembre no hay ropa pero hay mucha moda y muchos pensarán que por ello es elitista porque no aconseja que ponerte para cuando en el peor poliéster, pero es una foto de la sociedad de este año que se va, las fotografías de un instante que se estudiará en un futuro. Por 3,50 en los quioscos, arte y ensayo. Gracias Yolanda.

P.D. Los idiotas de TFS no lo han entendido, una vez más y vuelvo a decirles, si lo hubiera hecho la Alt todos sería “maravilloso que te cagas” pero como lo hemos hecho un P.I.G.S. es pornografía. A la del pseudónimo Liberty nosecuantosnumeros que no debe tener vida propia porque no sale de ahí, le digo: “Gucci utilizó bebes en una campaña de invierno y a ti bien que te encanta Mario Testino, Carine y Tom, ahora que como es España es un no gracias. Mira guapa, ni se te ocurra venir desde Manchester a quitarnos un rayo de sol con tus británicas posaderas o mejor si vienes “ay que un mal rayo te queme el culo y se te pele poquito a poco en escozor”” HE DICHO.

P.D. TWO: MI ÚLTIMO COMENTARIO ES IRÓNICO, POR DIOR, NO QUIERO HERIR SENSIBILIDADES.

Las fotos son “High Camp”. De la resista W de Noviembre de 1997. ROBADAS DE TFS. Es un edito genial en el que sale Stella cuando cogió Chloé, Kate Moss, Marianne Faithfull y creo ver en una Phoebe Philo (partido de tenis con Kate Moss). 100% Weber.