How to Walk in High Heels

Dice Manolo Blahnik que el buen par de tacones te elige. Que a la hora de comprarte un par no se deben seguir las tendencias, sino seguir al instinto, debe ser visceral, lo que el alma diga. Dice también Manolo que sus zapatos no siguen las tendencias, que él diseña según su estado de ánimo. Los zapatos le deben deslumbrar porque si no, no funcionarán. Las tendencias distraen y aportan un estilo esquizofrénico porque no tiene ningún sentido cambiar radicalmente la apariencia del armario cada cuatro meses. Dice Manolo que el buen par de zapatos es alto, porque la trasformación es instantánea porque como dijo aquella, “unos tacones elevan el culo hasta el lugar donde le pertenece”, mínimo nueve centímetros y máximo, lo que la buena postura corporal permita sin necesidad de plataforma. Algo peligroso y provocativo. Cómodos. Que permitan trabajar, bailar, moverse, en definitiva, vivir. Todo esto lo dice Manolo.


Lo dice en el libro de Camilla Morton “How to walk in high heels: The girl´s guide to everything”. Todavía recuerdo la reseña de Vogue que me hizo querer este libro. En 2005. Todo por unas palabras que Gisele Bundchen decía en el libro de cómo posar para una foto. Lo voy a confesar. Si desde 2005 hasta el año pasado he salido bien en las fotos, no fue porque de repente adquiriera una fotogenia por osmosis, es porque seguí estos consejos. Que se me han olvidado porque últimamente salgo de pena. Lo voy a releer. Desde entonces he buscado este libro pero no lo quieren traducir al castellano. Y debieran hacerlo. Los (ego)blogs mejorarían y en muchos casos se haría autoselección natural.

El verano pasado, en Londres, me fui una mañana de postureo a Harvey Nichols a desayunar. Como me temía, aún volviendo con sueldo y siendo rebajas seguía siendo una tienda prohibitiva. La primera vez que fui era yo estudiante sin dinero pero me lo probé todo, total, eso era lo único gratis. De aquellas ni desayunar podía. Aún siendo una tienda prohibitiva, me debatía si comprarme unas bragas de 3.1 Phillip Lim que costaban 25 libras. 25 libras al 70%. Simplemente por comprarme algo en Harvey Nichols y aquello sin duda era lo más barato. A veces soy así de tonta (o más). Pero la luz vino a mí y al fondo de aquel corner había un pequeño libro rosa, que era, el libro de Camilla. Y costaba 8 libras. Y deje las bragas insultantes porque encima eran de algodón. Que ni encaje, ni blonda, ni lacitos que pudieran remotamente justificar que el precio real de unas bragas eran 100 libras (y no hago la conversión que luego me insultan por derrochadora e impresentable y muchas cosas feas más). Agarre el libro, me subí a la azotea y me tome un desayuno francés, en Inglaterra rodeada de Sauditas cuajaditas de bolsas donde asomaban Chaneles, Miumiuses y demás baratijas y golosinas. Postureo puro vamos.


El libro es una joyita, Camilla Morton fue editora de Vogue y en su primer libro colaboran sus amigos, no sólo Manolo y Gisele, también los Dolce, John Galliano, Stephen Jones, Julien McDonald o Stella McCartney que dan al lector consejos varios en materia de moda: desde cómo escoger la ropa interior adecuada a cómo posar en una foto, pasando por la altura de los tacones o los sombreros.

El sábado que viene tengo una boda y yo tengo un vestido reprecioso para ponerme. ATENCIÓN MOMENTO EGOBLOG. Ebay con tara. La tara es que el cristal del centro del cinturón estaba perdido.


Y dos pares de zapatos. A priori unos solo. Negros, altos de hace mil años de Massimo Dutti. El caso es que la que escribe es propietaria de unos Miu Miu negros muy repreciosos también que no eran candidatos por mi mala cabeza. Esa misma cabeza que hizo que hace una semana empezara a usar taconazo a diario para “acostumbrarme” para este sábado ya que llevo todo el verano sin un tacón que llevarme al pie y como mis tacones son de vestir y los que no son botas, me calce unas cuñas de pseudo piel vuelta de Zara que me han convertido obra y gracia de la dureza del material en una rozadura gigante, por lo que, yo pretendía llevar un salón cerrado que me permitiera utilizar un “pinqui” y evitar mayores males. Si, si, lo sé. Los “pinqui” se usan a partir de los 60. Y dicen que también las fajas…

El otro día me probé el modeli completo con los zapatos de Massimo Dutti y va mi madre y me dice: “Hija, que cerrados que son esos, deberías ponerte los otros negros, esos que son un poco abiertos y con el taconcito en dorado”. Yo callada. “Pontelos, póntelos”. Y me los puse. “Hija, mucho mejor, donde va a parar te da otro aire”. Al rato entró mi padre, gran filósofo urbano: “¿A dónde vas tú con esos zapatos? Te vas a partir la crisma, no hay necesidad hija, no hay necesidad…”. Yo pensando en las palabras de Manolo, en el “aire”, en la situación geográfica del culo (de MI culo) y en las piernas de Gisele. Callada. Madre: “Que elija tu padre, póntelos, y que te vea”. Mi padre se sentó y yo hice pos paseíllos a lo Carmen Kass. Padre: “No andes tan fuerte sobre el suelo, que rallas la madera o haces un “bujero” y te caes en el piso de los de abajo que además no están en casa y ¡Vaya susto!”. Fin del pase. “Tiene tu madre razón, los del tacón dorado te quedan mucho mejor, se ven mejores”
Y yo por fin, hable entre molesta y orgullosa: “Vale, me quedo con los segundos, pero que sepáis que unos se llaman Massimo Dutti y otro Miu Miu y la diferencia de precio, es como el “aire”” Y mi padre, con los pies encima de la mesa y mirando la tele fijamente me dijo: “si algo tendrá el agua cuando la bendicen” 
Moraleja: Nadie en mi casa volverá a cuestionar mis compras.

P.D Las fotos son sacadas de "See of Shoes" y "MiuMiu Adicct" y no, no son estos. Pero estos ya son Verano 2011. Toro pasado. Outlets e eBay esperadme que estos son mios. mi Tesoro.
NOTA DE LA AUTORA: Padre, no sabe lo que es Miu Miu ni alrededores. Padre tiene por gusto personal dos pares de zapatos por temporada (cuatro en total), unos Yanko para vestir y unos del Carrefour made in Spain que renueva cuando se le rompen. Mi madre sufre. Él es feliz

Las Chicas de Derek

Derek Blasberg, nació en San Louis hace 29 años y es… no sabría definir muy bien ni quien es, ni que hace, aunque él dice que escritor. Es la versión siglo XXI de André Leon Talley y Hamish Bowles. Bueno no, en realidad, quería ser como ellos, pero ellos son únicos porque son leyendas vivas de Vogue y de la moda, han estado en los buenos y malos momentos y han vivido todas las tendencias. Y en el caso de André hasta las ha probado en sus rotondas carnes. Una tarde de conversación con ellos y Grace (Coddington) debe ser lo más enriquecedor que existe en materia de moda, sociología y cultura pop.
Derek Blasberg es un prototipo de aspirante a André, un party boy; vamos un it-boy de la vida, que (discúlpenme la grosería) la metió donde no debía truncándose, pasando por poco la veintena, su vertiginosa carrera hacia la dirección de Vogue. 

En el fondo yo creo que Derek Blasberg quiere ser una It girl porque un ser un it-boy no es ser nada de nada, no tiene glamur y puede tener connotaciones chaperas. Derek Blasberg es el chico de la foto junto a la chica del momento, su mejor amigo gay llevado al extremo. Dicen por la web que Derek es un moderno Truman Capote. Y eso creo que es mucho decir. Viendo el éxito que cosecha este chico, a mi cabeza viene Andy Sachs, una chica que nada sabía de moda y que decidió hacer un año de pacto con el diablo para llegar al gran mundo editorial. Y llegó. Porque todos sabemos que Lauren Weisberger sin pasar por New Yorker bajo al infierno de la talla cero y descubrió que el diablo vestía de Prada. Por todo lo alto y una película de por medio.
Derek se mudó de la sureña Missouri a Nueva York para hacer el trabajo por el que “una chica pagaría un ojo de la cara”: ser asistente de Vogue. Conociendo su origen geográfico y tendencias sexuales este en el insti lo debió de pasar criminal y ahora con una it girl en una mano y una copa de Moët & Chandon Imperial Ice (la bebida del momento) en la otra, se ríe de todos desde la foto page six.
Derek, es, como lo fue Capote, un príncipe de Mahattan y que como a Weisberger, Anna (Wintour) no dirige la palabra. Del infierno celestial de las oficinas de Vogue en Times Squared al infierno WASP de la Page Six, Derek se lió con uno de los Proenza Scholuer y Anna, que a ella, escándalos no, lo plantó en la calle. 


Lo cierto es que Blasberg llegó a Nueva York para estudiar periodismo y tras graduarse en 2004 entró como asistente en Vogue. Fue uno de los creadores de Socialite Rank, que era web tipo Gossip Girl que trajo en jaque durante mucho tiempo a todo Manhattan y si no, que le pregunten a Olivia Palermo. Los contactos que hizo en este tiempo, le valieron para que, cuando Anna le dio la patada, él no se estrellara. Columnista de chismes y Life Style en style.com, Harper’s Bazar, Vogue Rusia, Tatler entre otras, su culmen lo alcanzó en 2010 con la publicación de “Classy” un libro en el que el autor indica a todas las chicas cómo conseguir ser una dama en lugar de una furcia. 

El New York Times dijo que tenía “talento para entretener” pero no sólo para entretener porque aparte de arrimarse al árbol de más sombra con los stilettos más altos, viaja de evento en evento en modo patrocinado y tiene más de 10.000 seguidores en twitter, porque a pesar de ser escritor, él, como en 2006 sigue viviendo del chisme. Es el primero en Twitearlo, el primero en enterarse y el primero en hacer crónica, y a pesar de contarlo todo, seguramente en estos tiempos 2.0 donde todo se ve, valga más por lo que calla que por lo que cuenta.

Hablo de él porque en vista del éxito de la entrada de CBK, he decidido hablar de todas esa petardas maravillosas, socialites de la vida, it girls que no lo tienen, de las que desde hace años acumulo datos idiotas en mi cerebro y que da la casualidad, todas, son amigas de él. Las odio y me maravillan a partes iguales. Pueblan foros, blogs, el Hola y el Vogue. Todas son actrices, modelos, artistas, diseñadoras y editoras de producto desconocido. Todas son hijas de la ranica aristocracia europea o la frecuentan. Son las Chicas de Derek: Eugenia, Olympia, Shala, Dasha, Carlota, Bianca, Margarita, Tatiana, Julia, Josephine, Lauren...
Primer capítulo: Próximamente.

It Girl



Falleció en el momento oportuno para convertirse en icono. En un icono oculto, pero icono al fin y al cabo. Ser it-girl está de moda, pero yo no creo que todas lo tengan. Es más creo que pocas lo tienen aunque si numerosos estilistas alrededor. Puede que lo tenga Rachel Bilson que presume de no tener estilista, o Kate Bosworth pero seguro que esta última pasa demasiadas horas delante del espejo. Desde luego lo tiene Moss, Carinne y la gran Princesa Carolina, que no su hija Carlota, aunque si Andrea y desde luego Pierre. La cuchipandi que los rodea, tiene dinero, pero no lo tienen, ni Eugenia, ni Bianca, ni Tatiana, ni Margarita, aunque si Gaia Repossi. Une fille, une style. Shala Monroque es la más nueva y desde luego que lo tiene porque ella era una camarera que obra y gracia del ¿amor? conoció a Prada, sin cuna y sin base pero si con porte, no resulta disfrazada. Las Traina quieren tenerlo, pero no, a lo mejor lo tiene más Vanessa, la que no sale con el hijo de Torreta, que tampoco. Lo tiene Phoebe Philo. En España nadie, a lo mejor las Rosario, Nadal y Domecq, nunca Nieves Alvarez, ni la Casaboba ni sus amigas. Si Naty, si su hermana y un poco su sobrina. Si Carolina Herrara madre. No Carolina Herrera hija. No Poppy y no Caroline Sieber, ni ninguna de las ¿musas? de Chanel. Al otro lado del Atlántico, mucha rubia delgada de dinero. Todas la nombra y quizás alguna lo tenga. Dicen que lo tenía y puede que lo tuviera, aunque a ÉL desde luego, Carolyn Bessette Kennedy

Carolyn Bessette (CB), murió antes del 2.0. Diría que gracias a Dior para ella, pero suena tétrico. Si estuviera viva, sería la invitada de primera fila, la primera página de style.com y la que más páginas escribiera en TFS. Un referente. Aún 11 años después de su muerte. Desde luego una it girl. Lauren Davis (Santodomingo obra y gracia marital) siempre ha querido ser ella. De hecho es su versión 2.0. forzada. La nombró como referente el día de su boda, ella quería “una sencilla columna como la de Carolyn por Narciso el día de su boda con John”, al final se decantó por un Theyskens tremendo. Un vestido para recordar. Pero en una novia desconocida. Todo lo contrario que CB, a ella, no le hacía falta un Vera Wang de pomposa falda, ella llevaba el vestido, y no el vestido a ella, por eso es inolvidable. Elegancia que diría Coco.


Hoy mientras leía entradas del antiguo blog de terra de “La Divina”, se me pasó por la cabeza un libro horrible que se llama “Las rubias de Bergdorf Goodman” El estilo, llamémoslo literario, de Divina me recuerda muchísimo al de Moi. En ese libro de dudoso gusto, a veces nombran a CB como referente (siempre en su Narciso) y la verdad es que la única imagen que hasta hoy tenía de esta mujer, era la mítica foto de ella, el día de su boda, con la columna blanca y John besándole la mano. Así que me fui a TFS donde todo está a documentarme. Y si, Carolyn tenía charm
Trabajaba en Clavin Klein (¿dónde mejor en el Nueva York de los 90?) y vestía a menudo de Yohji Yamamoto, y ese detalle, ese nombre, que sólo hubiese nombrado una Carinne o una Alt en el 97 junto con el de Ann Demeulemeester o Helmut Lang, tan poco WASP y tan pre voguette me ha hecho continuar en mi investigación. La Bessette, yo creó inspiro a la Miuccia pre Lady Like, aparte de a los primeros años de Narciso Rodríguez lejos de Loewe. De un estilo clásico y depurado. Actual a pesar de los años, La Paltrow la copia y la Aniston y la mas pija de las Olsen y Sacajessicalparque desde luego, tanto individualmente como la infumable Carrie. Y tantas otras que resultan disfrazadas. Probablemente se preocupara poco de la ropa, desde luego menos que su suegra y sin duda confiaba en su mejor complemento, John John.


Viendo sus fotos, el estilo no se compra, no se crea, no se prepara. Se tiene o no se tiene y no es cuestión de dinero. Con gusto se nace, no hay que esforzarse por tenerlo. Queda tan mariquita impostar feminidad, delicadeza, dulzura y candidez. Queda tan cutre interntar ser sexy en ropa interior de acrílico. La autenticidad no se compra, ni se publica, se respira en el ambiente cuando entra en la estancia una chica que lo tiene.

Sobre la evolución de las especies.

El otro día mi amiga E* decía que estamos en esa edad crítica en la que comienzas a darte cuenta de quien se cuida y quién no
Esto así, en genérico. En la adolescencia, la que es mona, es muy mona y normalmente va acompañado de un crecimiento armónico. Cara, piernas, tetas y culo crecen por igual lo que da lugar a una “tía buena”. También pueden darse casos de crecimiento no armónico que dan lugar a “tías buenas”. Son esos casos en los que sólo crecen las tetas. Esas, son las que triunfan durante esos años siguiendo una ecuación muy simple: el desarrollo coordinado del cuerpo da lugar a un desarrollo adecuado de la autoestima que se refuerza por los comentarios positivos de tu exterior.

Lo normal es que el crecimiento no sea coordinado. Un día te crece las caderas, al siguiente la miopía y poco a poco ese pelo bien domado al que sólo había que pasarle el cepillo y brillaba, comienza a adquirir una trayectoria curvilínea, pero no tipo Pantene sino tipo c**o. Ante semejante panorama, que se puede acompañar de acné, normal que el autoestima no se desarrolle. De esa guisa, te vas tú de tu casa a la universidad y tu cuerpo decide estabilizarse y la autoestima empieza a crecer y también tú gusto personal. Descubres las lentillas, el acondicionador, la espuma, las pinzas de depilar, el rímel y tu talle, descubres donde TIENES EL talle, no donde DEBERÍAS tenerlo.

Eso es lo que nos pasó a mis amigas y mí. No es que fuéramos feas adolescentes, es que estábamos por descubrir(nos). Esta evolución natural de la especie, crees que le pasa a todo el mundo, pero no. Normalmente la “tía buena” adolescente pasados los 25 o ya no es TAN tia buena o no lo es en absoluto. Y ahí es donde llega la teoría de mi E* y su amigo Javi. Durante un tiempo la naturaleza puede jugar a tu favor, pero desde luego si no la conduces en una dirección, entra en juego el libre albedrío y…
Bajo el paraguas de esta teoría salimos a pasear el cuerpo hace unos días y al pasear nuestros cuerpos nos encontramos con otros que hacía tiempo no veíamos y que corroboraban la teoría del cuidado. Calvicie (esto es hormonal, y se perdona), chicos que eran guapos y ahora barriga y chicas que eran estupendas y siguen siendo estúpidamente estupendas. Lo peor de todo es que todo el mundo se da cuenta de su estupidez pero ellas están en la inopia y te miran por encima del hombro con sus rostros naranjas brillando en la oscuridad de la discoteca. Hasta que te encuentras con la estupenda pasada. Y yo me la encontré. Allá por el año 2002, en mi cuidad era muy famosa, una rubia conocida por todos por su afición a no llevar bragas y a llevarse a los chicos al rincón oscuro de la discoteca cutre más de moda en aquellos años. Triunfaba más que los Chichos. Pero Marianne Faithfull y Anita Pallenberg, sólo hay dos por lo que no siempre la que tuvo retuvo y esta no tenía nada, de nada. Había sufrido un caso de GemmaWarditis combinado con dejadez crónica absoluta. Y me quede patidifusa. Esta chica no parecía ni su sombra y aún así la reconocí y eso que yo ni tenía amistad con ella ni nada de nada. Lo cual me dio que pensar porque ese día me encontré con un clon de ex novio al que no supe identificar.

Yo una vez tuve un novio. Yo una vez tuve un novio al que más o menos quería. Yo una vez tuve un novio que antes de ser mi novio lo detectaba en un radio de un kilometro a la redonda. Yo una vez tuve un novio que me dejó por otra y no me lo dijo. Cuando te dejan por otra pueden pasar dos cosas. Que sea más guapa o que sea más fea que tú. Si es más guapa que tu, mal porque el cretino en cuestión es un superficial que antepone la belleza a un gran cerebro. Y si es más fea que tú, también mal porque mira que será tonto que te deja por un trol. Pero el que te dejen por un trol te hace cuestionarte tu calidad humana. A mí me dejaron por un maniquí de Coronel Tapioca y no digo más. El caso es, que antes de encontrarme con esa rubia que hacía diez años no veía y jamás pasé del “¡hola!” con ella, me encontré con un clon del pájaro en cuestión porque era un chico clavadito pero no sabía si era o no era él. Ni yo, ni los que me acompañaban que también lo conocían. Años antes lo distinguía hasta pintado de verde y de repente me había olvidado de sus rasgos. No sabía si era, no era o simplemente se le parecía.

Supongo que el cuerpo evoluciona a bien o mal en función de lo que le ayudes y al cerebro le pasa exactamente lo mismo, con el tiempo olvida para que sigamos adelante.
A quien le interese le diré que no era, pero que como diría mi amiga Maca yo en niña estoy mucho mejor que él en niño con el paso de los años y a pesar de que sólo era un clon.
Editorial de 2004 de Vogue USA por Steven Meisel.

Kate Mix. Vol 3

A pesar de que el calor que azota mi ciudad es desquiciante, hoy me he levantado en armonía y buen rollo con el mundo (poco me durará) Existen muchos blogs de “moda”, diarios personales (egoblogs) que tienen un apartado dedicados a bodas, propias y ajenas. Hoy les robó el puesto. Casarse se conoce está de moda y todas las blogguers patrias y extranjeras se casan y dan crónica de la misma por entregas. Como en el Hola. Pero sin el falso y rancio sabor a glamur que tiene el Hola. Lo más del mundo es que tu boda salga en portada del Hola. Puedes llegar a parecer hasta decente. Como Carla Goyanes y su boda patrocinada, que a pesar del patrocinio parecía como si la boda se la hubiesen pagado sus papas y blanqueado la imagen familiar (al pelo el palabro) O la boda del Medina. Que la niña muy guapa y rubia, la familia de abolengo pero nos enteramos hasta de la marca de calzoncillos que llevaba el chófer de Doña Cayetana.
¡Qué grande Doña Cayetana! He decidido tratarla de usted desde que la he visto comprándose lencería para la noche de bodas. En el Hola claro. Yo creo que Doña Cayetana de Alba es nuestra Kate Moss particular. Sustituyendo el rock por el flamenco y el caballo por el auténtico animal. Se pone el mundo por montera y cuanto más la lía, más de moda está. Casi nadie le tose ni la ata en corto porque quieren en testamento una parte del pastel a modo de casoplón. Esta les va a dejar la legítima y chimpún. Yo con semejante percal haría lo mismo. Lo dicho, casarse está de moda.
Para rizar el rizo va Kate icono popular y egobloguer más, y hace lo propio. No soporto a Kate Moss, probablemente la modelo más sobrevalorada de la historia y la de menor registro. Con las modelos pasa siempre igual, al principio todas tienen frescura, son moldeables y se adaptan a cualquier papel. Pero pronto su personalidad se funde con su papel y acaban siempre interpretándose a sí mismas. Le pasa a todas: Naomi, Daría, Erin e incluso Gemma Ward, aunque en este caso parece la que se comió a la modelo Gemma Ward. Kate abrió la veda, fue fresca hasta el 93 y después el cuarto de día de se cortó el pelo y tiño de platino (parafraseándome a mi misma) y ya. Porque Kate Moss en una campaña, editorial, videoclip y en su casa es siempre Kate Moss alma grunge y con la boca abierta (porque eso, dicen que es sepsi). Y punto.
Aún así ya reconocí hace más de un mes que la boda de Moss era el acontecimiento de la Moda y la Música de este año y que me hubiese gustado mirar por un agujerito esa fiesta. No por ella. Por los invitados. Un no saber a dónde mirar ni a quién. Sólo falta John Galliano.
Si Kate se hubiese casado por Hola, hubiera parecido hasta doncella, pero Kate se ha casado por Vogue que es lo más alto a lo que se puede aspirar si quieres una boda retratada. Lo más hubiese sido retrasmitida por BBC como la de Will&Kate, pero supongo que eso es casi insultar a la auténtica Reina Isabel. En el fondo a Kate le hubiese encantando una boda por BBC. Yo creo que le pega más una boda por Rolling Stones pero de momento no hacen bodas. No tienen suficiente dinero.
Yo, soy una víctima de Carine, del Vogue, de Hasmin Bowles y de los tatuajes de Bob esponja de Marc Jacobs. Y yo como víctima de mi propia cultura popular, la de Vogue que es más cultura de lo que muchos piensan pero yo ya paso de dar explicaciones, no puedo dejar pasar las fotos de la boda de Kate. Las segadas, las aprobadas por Anna. No sé cuánto tardarán las de backstage que son las buenas. A buen seguro las colgaré. Aunque yo no tenga un blog con sección fija de bodas.






























Cositas varias:
- El niño de Jude Law Law promete
- Jonathan Newhose (dueño de todos los Vogue) y señores son idénticos.
- Lo de las cabañas indias se lo ha copiado a Jade Jagguer
- Papa Paul está hecho un asquito
- ¿Dónde están los Rolling Stones?
- Lila ha sacado lo mejor de papá y lo mejor de mamá
- Naomi es una crack, un día en la boda desfase de Kate y al día siguiente en el teatro de Mónaco.
- Soy fans de todas las damas de honor de Kate
- Soy más fans aún de la cara de cariño y orgullo del padre de Kate, estoy segura que pensó que nunca la casaba.
- Sale Carine en Vogue USA. No sale la Alt.
- Sale Terry pero no Sorrenti