Catetos en Madrid

Me gustaban mis días de Universidad. No por el cóctel de libertad, juventud y ausencia de responsabilidad, me gustaban mis días de Universidad por rutinarios. Hace ya tiempo acepte el que yo soy una persona de perfil aburrido pero de personalidad chispeante. Quiero decir, que si tú me sacas de fiesta es muy probable que a las 2.30 a.m me esté quedando dormida en la barra del bar, aún habiéndome tomado un café doble, porque como soy adicta, soy inmune al presunto insomnio de la cafeína más tarde de las 9 de la noche, vamos que soy casi como mi tía que si no se toma un café con leche doble por la noche no se duerme. Además con una copa (o con mojar los labios) estoy más borracha que Masiel en Nochevieja y si salgo un viernes lo más seguro es que el sábado me duerma bien a gusto “La Noria”. Pues eso aburrida pero chispeante porque mi verbo es como mi prosa en mi vida cotidiana.

Cuando estudiaba, conocía mi horario de clases del año en Septiembre, por lo que podía planificarme a gusto con diez meses de antelación que es como a mí me gusta ver la vida, a casi un año vista y sin error al libre albedrio. Y es que a mí me encanta planificar y avisar con tiempo de las cosas. Porque soy una histérica. Cómo mis amigas. Todas iguales. Planificamos lo nuestro y lo de los demás (sobre todo lo de los demás) Con croquis y listas. Las cosas bien hechas bien parecen y si salen mal, desde luego no ha sido por falta de organización (y porque nos gusta rajar y mangonear)

A esto es a lo que yo he estado acostumbrada toda mi vida. Tanto en casa como fuera. En una época en la que no había móviles ni tarifas planas de fijo (año 2001 d.C), nosotras quedábamos de un día para otro, así te organizabas tu vida con veinticuatro horas de preaviso. Yo creía que esto era lo normal y lo que hacía toda la gente pero cuando salí del huevo al mundo real, me di cuenta de que el “venga usted mañana” de Larra estaba más que vigente en el siglo XXI. Y todo se complicó con la aparición de los chicos. Y su tan socorrido “Ya te llamo y quedamos”. Que no. Que no era con veinticuatro horas de preaviso, sino con cinco minutos ¡Y eso es un sin vivir, un tener que dejar de hacer cosas tú por otro, un mirar el móvil sin cesar y un no poder organizarte! ¡Qué las personas tenemos una vida, hombre ya! Y no se a que venía esto, pero ahí lo suelto y que lo recoja quien le venga bien.

El caso es que a mí me gustaba mis días de Universidad porque eran rutinarios y con horarios preestablecidos. Cuando terminé, me encontré con trabajos en varios sitios, con diferentes horarios, diferentes ritmos y un postgrado de tres años en Madrid al que tenía que ir una semana al mes. Conclusión: un desastre. Ni estudiaba, ni trabajaba, ni estaba ociosa. Todo dependía del día. Y a mí eso no me gusta porque a la pequeña Mónica Geller le gusta tenerlo todo atado y bien atado haciendo honor a la gran mandona controladora que llevo dentro (pero chispeante)

El sábado terminé mi posgrado. Después de tres años. Al fin. Porque este último he vivido más en medios de transporte que en una casa. Trabajo en un sitio sin amigas, amigas dispersas, padres donde algunas amigas y * a medio camino entre lugar con amigas y nuevo lugar. No he dormido más de cinco días en el mismo sitio. Y eso para mí (y lo digo ahora a toro pasao) ES DESQUICIANTE. Yo soy inmensamente feliz con la rutina y la monotonía en provincias con pequeñas concesiones a escapadas a la capital a que la tarjeta haga ejercicio, lo que viene siendo a cultivar el intelecto.

Para celebrarlo hasta la capital se desplazaron mis padres, * y todas mis amigas. Todas: JA, E*, la Jipi, JmE, Z*, la que enamora a todos y Pili Pájaros. La Jipi decía que nunca la capital había vivido tanto desembarco de provincianos. Que lo debieron de hacer bien ya que yo, como buena cateta agradecida, regalé a mis profesores seis cajas de vino que mi gente tuvo a bien transportar en cercanías del norte de Madrid al sur, a las cinco de la tarde vestidas de corto, en tacones y pintadas como puertas porque en Madrid no se puede echar la vista atrás.

De mis amigas me perdí la mayoría de las anécdotas porque como ya he dicho a las 2.30 a.m yo me estaba quedando frita en un taburete de un antro mientras me pensaba yo si tomarme aquella agua de fregar con Tang de fresa al que irónicamente llamaban “Mojito de Fresa”. Cuatro euros en Madrid. Un chollo. ¡Una mierda! Prefiero pagar seis euros y que en vez de agua de fregar sea ron y en vez de Tang, fresas de verdad aunque sean de invernadero (no me voy yo ahora a poner de morro fino) y si me ponen menta soy capaz de pagar 0.50 más. Z* me decía que ella también pagaría más por beber algo que la emborrachara y no agua de lavarse los pies. Seré provinciana pero no tonta porque tardar 40 minutos entre bar y bar y perderse por el camino, no es perderte tú sino el tiempo y que termines como la Jipi comprándole una Maho fresquita al chino de la esquina.

Padre a parte, ya que nada más llegar se intentó colar en el metro con el consabido enfado de mi madre, “Si total mujer no van a revisar todos los videos y cuando lleguen a pillarme yo ya estoy en casa tan a gusto”. En lo que fue el acto de llamemosle, “graduación” el mismo y las antes citadas, se colocaron estratégicamente en la zona de salida del bebercio y los canapés y debieron hacer un placaje interesante a los camareros. Eso si, muy elegantemente vestidas y sin decir palabras malsonantes. Estaban las bocas llenas de comida. Al principio les daba reparo beber alcohol delante de mis padres, pero en el momento que mi padre se bebió tres cervezas en media hora y se tuvo que ir a sentar porque “tenía la cabeza un poco tonta”, la Jipi le siguió el ritmo. Yo podría hacer un “Las chorradas de mi padre” pero en versión castiza. Fijo que me forraba ya que capítulo aparte, cenamos en Chueca y un travesti intentó ligarse a mi padre. Puede que tenga un padre muy enrollado pero es de tipo ibérico estándar y no digo más.


El caso es que tras el finde, me declaro provinciana y aburrida pero feliz con todo y con todos. No puedo tener más suerte. Fui la envidia de mis compañeros. No por ir monísimamente vestida (que también) sino por la cantidad de gente que me acompañó aunque fuera para media hora y de corazón. A parte claro está de ser tremendamente chispeante y recibir mi beca de especialista con un pintalabios rosa en la mano porque no sabía dónde meterlo.
Todo esto el día de la muerte de Amy Winehouse asique: “L’Idole” Peter Lindbergh. Vogue Paris Marzo de 2008.

UN APARTAMENTO DE PROVINCIAS

Mi amiga E* y yo vamos a poner mañana en marcha un pequeño proyecto que como dirían las EB: “¡Ya os daré noticias más adelante!” (¡ja, ja, ja!).
Se basa fundamentalmente en reformar un piso que algún día habitaré y pensamos abrir un blog para contar el día a día de las experiencias de obra. Mañana mismo iremos a medir, metro en mano, casco en su cabeza (para eso es la arquitecta) y pañuelo anudado en la mía que voy a modo peón. De momento y mientras mi madre y yo conservemos todos los pelos de nuestras cabezas seguiré viviendo en el hogar paterno a la sopa boba, que la vida está muy malamente, aunque Virgencita que me quede como estoy que mal no ando más bien lo contrario. En el momento que nos dejemos calvas huiré aunque dejar calva a una madre es una cosa muy fea.
No sé lo que quiero exactamente que lo mío son los trapos que te cuelgas en el cuerpo y no en las ventanas, excepto un vestidor, mucha luz, madera para el suelo y una mezcla aún sin definir del apartamento de la diseñadora Vanessa Bruno en Paris y el de la modelo Jessica Stam en Nueva York.

El primero me parece muy personal, no sé si se lo habrán decorado, pero desde luego no lo parece. La cocina me gusta pero me resulta pequeña. Del de Jessica Stam me gusta que es elegante y femenino, pero quizás demasiado edulcorado; quiere parecer personal pero no lo es, se lo decoró Rafael de Cárdenas.
Lo más probable es que al final me quede a medias tintas y se parezca a un catalogo de Ikea (lo cual no está mal), lugar al que jamás de los jamases he ido, porque NADIE me quiere llevar. Pero ansío ir más que a cualquier lugar del mundo. Es como Toys”r”us. Nunca me llevaron y era MI sueño y ahora arrastro un trauma terrible y por eso pago mis frustraciones en la tiendas. Quedaría de lujo decir que esto me lo ha dicho mi psicoanalista, pero no; es cosecha propia.
VANESSA BRUNO. LE MARAIS










JESSICA STAM. NUEVA YORK





La ventana indiscreta

"The Selby" es la versión modernodemierda de la sección "Enseño mi casoplón que mola mogollón" (by La Chica Ideal) del Hola. Al principio todos creímos su frescura (como todo) ahora sabemos que como los "grandes" The Sartorialist, Garancé Doré, Haneli... todo es impostado. Aún así The Selby mola y ha creado tendencias en materia de decoración. Es muy común ver fotos del tipo The Selby no sólo en AD, sino en el Mueble, Telva e incluso en alguna revista online egobloguera (y casposilla) con pobres resultados.
Rizando el rizo ha nacido The Coverteur, un Selby del mundo de la moda. The Coverteur se cuela en los armarios del backstage del mundo de la moda y presenta a nuevas futuras estrellas, alejándose de las Annas, Carines y Emmanueles tan manidas ya. El ansia por saber que tienen los que crean moda está llegando a unos niveles estratosféricos. Leemos sus Twiter, queremos ver sus casas, su ropa y a que eventos van. Trabajar en moda está más de moda que nunca pero sólo es apto para unos pocos.
De lo publicado hasta ahora en The Coverteur me ha gustado especialmente el estudio de Thakoon, un asiatico que la señora Obama sin querer puso de moda y Wintour sin querer o queriendo encumbró gracias a The September Issue. Alejandose de los Wangs y otros saltinbanquis que cómo diría Quinqui sólo hacen marranadas, Thakoon estampa como nadie sedas y lanas e incluso corta bien las prendas ya que no recurre al volumen innecesario para crear siluetas innovadoras.

TUMBLR

Como dije hace poco, no tengo Facebook. Este blog es un poco como una columna de opinión de un periodico (que no lee nadie). Lo que no me gustaba de las Redes Sociales es que son solo un instrumento de comunicación que no permiten creatividad. Es decir tu puedes colgar fotos que te gustan y en laces de artículos, pero las fotos quedarán perdidas en carpetas y los enlaces a noticias entre comentarios. Desde hace tiempo buscaba un muro de inspiración, donde colgar fotos, citas y cosas que inspiran e inquietan. Y por eso, y porque me aburro, me he hecho un Tumblr. Un rinconcito donde mis voces son imagenes que no hablan y si lo hacen en por boca de otros.


Para quien pueda interesarle:

Y como estoy obsesionada con Chloé: http://chloefashionlabel.tumblr.com/

Terry la ha liado parda

Estoy segura de que en el fondo de su alma (y en la superficie) Kate Moss siempre ha querido ser una estrella del Rock. No por crear himnos que trasciendan generaciones, sino por ser un icono que perdure. Como Jimmy Hendrix. Siendo modelo puedes ser un icono, pero te quedas en icono de barrio sino haces algo más. Ese algo más que ha hecho la señorita Moss es jugar con una vida privada “peligrosa” y “salvaje”… y no hablar de ella.
Kate Moss nunca habla. Apenas unas palabras de proción muy, muy de vez en cuando, pero nunca una entrevista de esas de carnaza.
Porque Catalina del Musgo carnaza en su cuerpo no tendrá pero en su espíritu por así decirlo, tiene para hacerse varias liposucciones y una reducción de estomago. Pero ella nunca dice nada. Y eso le ayuda a mantener y crear su imagen de icono que transciende el ámbito de la moda y llegar al pueblo, como Belén Esteban.
La única entrevista que ha hecho Kate Moss “de verdad” en los últimos tiempos, fue aquella del año 2003 que le concedió a David Bowie, que no es periodista sino un icono de la música, de la moda, y del glam en sí mismo, para aumentar su estatus de leyenda. En esa entrevista fue en la que confesó que nunca había salido a desfilar sobria, que se drogaba mogollón pero que desde ese momento iba a ser buena. Fue el tiempo de Jefferson Hack en el que Kate, arrepentidísima de sí misma entonó un mea culpa, un yo pecador confieso y un Jesusito de mi vida para ser una buena madre y mejor persona.
Le duro lo que el pelo corto que llevaba entonces: unos meses.
Porque enseguida Kate se dio cuenta de que siendo buena no iba a llegar a ser leyenda. Era el año 2004 el ADSL llegaba a nuestras vidas y los paparazzi a diario la puerta de Kate para fotografíale el look of the day y alimentar páginas de internet y sueños adolescentes. Estilismos rock y novios que le fueran al pelo de su bolso porque en el fondo a Kate yo creo que le pasa lo mismo que a la Esteban con Jesulín, el hombre de su vida sigue siendo Johnny Depp. En eso mismo momento murió como modelo perdiendo la frescura que tenía en los 90 para interpretarse en todas las portadas, editoriales y campañas a sí misma.
Esto viene a colación porque resulta que la boda de Kate Moss ha sido el acontecimiento en moda del año. Que ni gala del MET, ni Oscars, ni desfile póstumo de John Galliano para Dior, ni fiestas varias, en la boda de Kate han estado los que son, ni más ni menos y Terry Richardson que es un cachondo (y un pervertido) en los días posteriores a la boda se dedicó a subir fotos a su Tumblr de los novios y sus invitados: Jude Law con su ex Sadie Frost, Manolo Blahnik, Mario Sorrenti (ex novio de Kate pre Johnny) Karen Elson, Stefano Pilati… boicoteando a otro fotógrafo invitado, Mario Testino encargado de hacer las fotos oficiales exclusivas de Vogue.
Se dice que las fotos de Testino irán acompañadas de entrevista, y Richardson previo toque de Wintour las ha dejado de subir y borrado las que había
… que aquí están.




















No me gusta Kate Moss y es la segunda vez que hablo de ella en quince días y me quedan cosas en el tintero porque me estoy leyendo “Kate Moss Machine” y porque queda la exclusiva en Vogue. Lauren debe estar retorciéndose, hasta ahora ella tenía la mejor Boda Vogue.
Por cierto, no se porque cada vez que hablo de Catalina del Mugo menciono a la Esteban. Quizás por ser las dos Princesas del Pueblo y durante muchos años madres solteras (ejem)

Obsesiones online

Vintage en moda, es una prenda DE FIRMA, de AL MENOS 2 DÉCADAS e ICÓNICA.
El Vintage no es segunda mano, ni una prenda de EA (Emporio Amancio) que se tiene en el armario desde hace siete años.
No me gusta la segunda mano. No tengo nada Vintage. Pero tengo obsesiones.
Alguien hace poco me dijo que eBay era el paraiso del Vintage. No, el paraiso del Vintage es Decades L.A. Ebay es el paraiso de las obsesiones.
Bendito Ebay que me ayuda a precios de (casi) EA subsanar mis obsesiones.




Vestido que cerró el desfile de Primavera/Verano 2004 de Chloé. No es Vintage. Es mio.